La afición del Deportivo celebra el regreso del club a Primera División.
El Deportivo venció ayer al Huesca (2-1) y se ha asegurado un puesto en Primera División el año que viene. Un ascenso conseguido tan solo 370 días después de su descenso al infierno de Segunda. Aquel 21 de mayo de 2011, A Coruña se tiñó de tristeza. Un descenso que conmocionó al mundo del futbol español. Se iba un clásico de la máxima categoría que había peleado mano a mano con los grandes clubes españoles en los años del cambio de siglo. En su palmarés lucían una Liga, dos Copas del Rey y tres Supercopas de España. Pero además, el Deportivo se había ganado el cariño de la afición con grandes gestas que añadir a los títulos obtenidos. En el recuerdo quedará el “Centenariazo”. La tan ansiada final del Real Madrid en el Santiago Bernabeu el año en el que el club blanco cumplía cien años. El Depor no contaba en las apuestas y Madrid se preparaba para la fiesta de celebración. Pero el equipo gallego dio la sorpresa y se llevó una copa que simboliza el apogeo del club gallego. En la retina de los aficionados también se mantendrá una proeza como fue el 4-0 al Milan que permitía al Deportivo acceder por primera vez en su historia a las semifinales de la Liga de Campeones. Allí se cruzaría con el Oporto de Mourinho que terminaba con el sueño europeo y marcaba un punto de inflexión en la trayectoria del club blanquiazul.
Estas hazañas se han recordado en multitud de ocasiones durante este año en la Liga Adelante. El objetivo era volver a ser un equipo de primer nivel. Por ello, los jugadores habían prometido que el descenso sería un simple paréntesis. La afición les tomó la palabra y no se cansó de animar. El apoyo incondicional de los aficionados deportivistas convirtió Riazor en un fortín y la LFP consideró que la hinchada blaquiazul era merecedora del premio “Jugador Número 12”. Y este domingo la plantilla deportivista cumplió su promesa. Arropados por un estadio de Riazor lleno como en las grandes ocasiones, el Depor consiguió el tan ansiado ascenso. “Es lo más grande que me ha pasado en mi vida”. Lo dice Juan Carlos Valerón, un jugador que tiene en su haber una Copa del Rey y dos Supercopas de España con este club. Un año después, las lágrimas de Valerón se cambiaron por el baile de Bodipo. Y Riazor volvió a sonreir.
Borja Iglesias Tabeayo
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