Los festivales de cine son una experiencia distinta que vale la pena disfrutar. Generalmente son la oportunidad perfecta para ver películas que cotidianamente no se pueden ver en el cine como cualquier otro estreno comercial, rodearse de gente con intereses comunes, ser espectador de presentaciones exclusivas y tener la posibilidad de ver varias películas debido a un extenso y variado cronograma. Pero sobre todo, lo importante de un festival es asistir a un evento que de por sí es mucho más que la simple experiencia de ver una película. Se trata de un evento anual del cual se termina hablando durante el resto del año y sirve de lanzamiento de muchas producciones locales, así como el estreno de películas internacionales que si no fuera por el festival, la única forma de verlas sería buscando en los rincones más oscuros de Internet.
Una nueva edición del BAFICI (Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires) acaba de terminar. No ajeno a ninguno de los puntos que se mencionaron arriba, el festival mantiene su constante crecimiento de convocatoria año tras año (el año pasado asistieron más de 370 mil personas) y fue sumando nuevas opciones, categorías, conferencias, sedes, competencias y concursos. Se podría resumir diciendo que el festival ganó en variedad y profesionalidad. El BAFICI se consolida como uno de los festivales de cine más destacados del mundo, con un importante reconocimiento y un lugar de privilegio en la agenda cinematográfica internacional. Se destaca por ser un gran motor para la promoción de películas, especialmente las independientes, y por mostrar dentro de su programación las películas más innovadoras, arriesgadas y comprometidas
A continuación mencionaremos algunas de las películas más destacadas de esta edición. Un repaso para los que pudieron asistir al festival o para los que quieran saber las novedades y poder verlas por su cuenta.
Comencemos por las películas de Apertura y Cierre. The Congress de Ari Folman abre el festival y es una de las películas más mainstream que se van a poder ver, más que nada por la relevancia de sus actores (Robin Wright, Harvey Keitel). Aun así, presenta un despliegue que incluye acción en vivo y luego animación. Por el otro lado, The Second Game de Corneliu Porumboiu proporciona un cierre a la edición de este año. Se trata de una película maravillosa pero a la vez extraña en la cual ni siquiera se ven actores. La película solo muestra el plano de un partido de fútbol grabado y unas voces que hablan por encima que van contando el contexto y porque ese partido es tan importante para el realizador.
En cuanto a las películas políticas, Iranian de Mehran Tamadon se destaca por plantear un conflicto y agitar el ambiente político en Irán. Esto generó muchas discusiones con defensores del gobierno iraní. El director que no vive en su país y utilizó la película como medio de denuncia muestra el fanatismo y la arbitrariedad que tanto le preocupa. Es una película polémica y vertiginosa que vale la pena ver.
En lo que quizás es la primer combinación exitosa entre una película y una red social después de Red Social de David Fincher, Mary is Happy, Mary is Happy de Nawapol Thamrongrattanarit resume 410 tweets consecutivos de una adolescente tailandesa para construir una narración apasionante. Su estructura alocada hace que esta sea una de las películas para ver este año.
El cine de Jim Jarmusch es un sello del cine independiente americano. En su nueva película Only lovers left alive, aborda una temática rara para su filmografía pero siguiendo la lógica de sus películas anteriores. En este caso se cuenta una historia de amor entre dos vampiros que meditan sobre su existencia siguiendo la tradición de Jarmusch de mostrar personajes solitarios y misteriosos.
Tsai Ming Liang presenta una película desafiante al contar el recorrido de un monje budista por las calles de Marsella. Journey to the west propone nuevas formas de mirar utilizando la contemplación y la lentitud. En sólo quince planos se muestra el paso cansino del monje en distintos lugares de la ciudad. Muchas veces se dijo sobre este cineasta que sus películas desafían la paciencia al ser lentas y utilizar tomas largas y esta no es ninguna excepción.
Con The Sacrament, Ti West realiza una nueva apuesta por mantener el cine de terror con vida. El director es una de las grandes esperanzas del cine de ese género. En este caso recurre al falso documental para contar la historia de un grupo de periodistas que viajan a un pais de Latinoamérica para realizar un documental en busca de los secretos de una secta.
El segundo largometraje de Shane Carruth es una experiencia desconcertante y a la vez fascinante para el espectador. Después de su desafiante y casi científica ópera prima llamada Primer que se convirtió en una película de culto que hablaba sobre viajes en el tiempo, Upstream Color se vuelve mucha más existencialista. La película cuenta la historia de una pareja que se ve atraída casi por fuerzas metafísicas y juntos tratan de resolver el problema de la predestinación y el libre albedrío para encontrarle sentido a sus vidas.
Tras revisar lo que fue la edición de este año, sólo nos queda esperar la llegada de la 17º del BAFICI, ahora es momento que veas todo lo que se mostró, todo lo que aprendimos, y todo lo que pudimos descubrir para seguir aprendiendo a amar esto que tanto nos gusta que es el Cine.
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Nicolás Raccuia (@nicoracku)
@Columnazerocine
