TOMÁS GÓMEZ VS PEDRO SÁNCHEZ, LAS CLAVES DE LA GUERRA POLÍTICA

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Un artículo de Cenzo Haro para ColumnaZero.
Un artículo de Cenzo A. de Haro para ColumnaZero. (Foto: El País)

Lo que se auguraba como el año más vertiginoso y electoral de la historia de España se está cumpliendo con creces. La sacudida ha afectado esta vez a la formación socialista regional madrileña, dirección suspendida por Pedro Sánchez poniendo así fin a la carrera política de Tomás Gómez, el alcalde absoluto. Él, sin embargo, desafía a su secretario general.

A mediodía del 11 de febrero, el hasta entonces secretario general de los socialistas madrileños y –todavía- candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, conocía su destitución por la prensa a la vez que el resto de españoles. A pesar de ello, la noticia no ha cogido totalmente desprevenido al dirigente socialista. Según está trascendiendo en los medios, la decisión ha sido tomada de forma unilateral por Pedro Sánchez tras la imposibilidad de acordar una dimisión pactada con Tomás Gómez. Éste ya había refutado el argumentario que la ejecutiva federal trabajaba como pretexto: el partido en Madrid es una “organización en descomposición”, dice Sánchez. Tampoco ha aceptado el futurible desgaste que le causaría el tranvía de Parla o las ramificaciones de la Púnica como motivo de destitución. A pesar de la imagen contra la corrupción y del compromiso de tolerancia cero que quieren proyectar los socialistas, la honorabilidad del partido no está en entredicho teniendo a la cabeza de la formación madrileña a un líder que no está ni imputado ni investigado, dice él. En el momento en el que le han invitado a hablar, no ha escatimado tirar contra Sánchez. Tomás Gómez hablaba del error y la gravedad de la decisión de su Secretario General en términos “políticos y de estrategia electoral”, cuestionando, además, la fortaleza de Pedro Sánchez como líder socialista. La guerra se prevé larga.

TOMÁS GÓMEZ  VS PEDRO SÁNCHEZ, LAS CLAVES DE LA GUERRA POLÍTICA

Lo sucedido hoy contra el PSM debe leerse bajo dos dimensiones; y en ambas la imagen y el liderazgo de Pedro Sánchez son las claves. La primera dimensión: la esfera interna, el Pedro Sánchez Secretario General, lo que afecta a los movimientos por el poder dentro del PSOE, a las estrategias con las diferentes federaciones y su relación con la ejecutiva federal –un besito, Susana Díaz-, y la selección de los líderes que las representan, con o sin primarias. El PSM, como una de las más grandes e importantes, es una pieza de un enorme poder que debe de entrar en juego cuanto antes; y más tratándose de una formación que sigue intentando encontrarse con la mayoría del electorado madrileño tras no haber superado –todavía- aquellas ausencias de Tamayo y Sáez.

Uno de los datos que más está ofreciendo la prensa y las redes sociales es que el PSM de Tomás Gómez cuenta con la mitad de militantes que el PSM del periodo anterior. Si bien no es algo exclusivo de Madrid, ya que en estos últimos cuatro años los militantes socialistas han perdido aproximadamente un 25% de sus integrantes, los repetidos fracasos electorales y los errores que los socialistas siempre cometen en la selección de sus candidatos –suele pasar que la ejecutiva federal, en un juego de egos y sillones, prefiere a un candidato diferente al promulgado por la formación regional con la vista más puesta en la nación que en la autonomía o el municipio = error. Ejemplo: caso Miguel Sebastián- vislumbran cierta asunción del rol de perdedor que deriva en diversas campañas cuyo objetivo no es ya la consecución del Gobierno sino la subsistencia y supervivencia dentro del partido. Tomás Gómez podría ser uno de ellos, un perdedor alejado, además, de la ejecutiva federal; muy especialmente desde Rubalcaba. La diferencia es que él sí tiene fieles. Fundaron el tomasismo; ganó unas primarias a la candidata “preferida” del Secretario General Trinidad Jiménez; en el pasado octubre no hizo ni falta celebrarlas ya que fue el único precandidato en conseguir los avales necesarios. 7.000 concretamente. Hasta el día de hoy era el único candidato conocido de entre los que van a presentar los partidos que concurrirán a las elecciones autonómicas de Madrid, situación excepcional para poder sacarle cierto provecho. Pero no. Gómez denuncia que Sánchez está ayudando a hundir más al PSM. No le quitamos razón. El PSOE se lo ha puesto fácil al PP. Cuando Rajoy anuncie quién va a ser el candidato popular al Gobierno autonómico de Madrid, éste se preguntará: ¿dónde está mi adversario? Y delante sólo se encontrará a PODEMOS, que es en parte lo que más le interesa. Mientras tanto, el apoyo recibido del PSM por los fieles de Gómez está, en el momento en el que se redacta este artículo, manifestándose en Ferraz contra la decisión de su Secretario General mientras otros tantos se informan de los pasos a seguir para solicitar un comité federal del partido que investigue el caso; y, si es necesario, llevar a los tribunales a Pedro Sánchez. Lo dicho, una telenovela que sólo acaba de empezar y que, en esta dimensión, gravita en torno a la imagen del líder nacional y la viabilidad e idoneidad del candidato regional. Si bien probablemente Gómez no fuera viable a nivel electoral, sí era el candidato elegido. El riesgo de la decisión lo corre enteramente el líder nacional. Y aquí entramos a la segunda dimensión.

TOMÁS GÓMEZ  VS PEDRO SÁNCHEZ, LAS CLAVES DE LA GUERRA POLÍTICA

La lectura a nivel nacional de la destitución de Gómez tiene sentido a nivel electoral, sobre todo pensando en que se aproximan unas generales. Lo de Tomás Gómez enlaza con las diferentes actuaciones que le hemos visto a Pedro Sánchez como futuro candidato a la presidencia del Gobierno; actuaciones que seguro tienen una estrategia y finalidad marcada pero que todavía nos cuesta trabajo comprender enteramente. Tomar a PODEMOS como un enemigo natural a quien hay que combatirle electorado común empuja más a la izquierda a Pablo Iglesias mientras que desplaza más a la derecha a Pedro Sánchez; posición que se materializa en la fotografía junto a Rajoy en el primer pacto Gobierno-oposición de esta legislatura. También aplaudir al presidente del Gobierno y secundarle cuando anuncia la recuperación económica dicen que proyecta responsabilidad de Estado, que se postula como el candidato que representa el cambio tranquilo, ya no importa si desde la izquierda ideológica del electorado o simplemente a la izquierda del PP. A la izquierda del Gobierno está. Un cambio es, en cualquier caso tranquilo, más incluso que el de Zapatero. Para ello lo que Sánchez necesita es apaciguar a los barones, tranquilidad en las filas, que haya cohesión con el líder incluso antes de erigirse como candidato oficial. Y fortaleza. Mucha. Mano dura. Autoridad. Refuerzo de liderazgo interno y de control de sus federaciones –un besito, Susana Díaz-. Para un partido que, a cien días de las primeras elecciones, tras un CIS de enero que le sitúa como tercera fuerza política, con una indefinición programática en cuanto a posibles futuros pactos con el PP y levantando codos para hacerse un hueco electoral entre PODEMOS y el PP, sea donde fuera que esté ese punto del eje ideológico, Madrid es un problema. Andalucía también –otro besito, Susana Díaz- pero todavía lo era más no tener a un líder capaz de movilizar a los socialistas y que les evite venirse mucho más abajo de lo que la demoscopia transmite. La muerte política de Tomás Gómez sólo tiene sentido en la construcción de un líder excepcional que los socialistas necesitan para ganar las generales.

Cenzo A. de Haro

@columnazero

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