
Actualmente más del 50% de la parrilla televisiva está basada en programas de telerrealidad. No obstante, no siempre ha sido así. La televisión, al igual que muchos otros aspectos, ha ido evolucionando con el paso del tiempo y, en el caso de la telerrealidad, la evolución ha sido más constante y drástica.
¿Qué entendemos por telerralidad?
La RAE no nos da ningún significado del concepto de ‘telerrealidad’, pero podemos decir que es la contraposición al género de ficción, donde los personajes encarnados por actores y actrices son sustituidos por personajes reales y la trama principal de la historia es su vida privada y lo que sucede entorno al programa y sus protagonistas. Aptitudes, logros, vergüenzas, interrelaciones. Todo es mostrado ante millones de espectadores a cambio de ganancias económicas, oportunidades profesionales e incluso por realización personal.
Existe un amplio abanico dentro de este ámbito televisivo, desde programas musicales, talents, de convivencia, de encuentros de parejas, de experiencias y hasta incluso de “cámara oculta”. Curiosamente este último fue la semilla de lo que hoy se conoce como telerrealidad.
La historia de los realitys shows
Precisamente, el primer programa de telerrealidad en la historia de la televisión fue «Candy Camera», del tipo “cámara oculta” en el año 1948, en Estados Unidos. Más tarde, le siguieron concursos como el certamen de Miss América, que se trasladó a la televisión a principios de los años 50.
En los 70 los realitys shows iban abriendo nuevas perspectivas. Llegaron los programas con familias, los concursos televisivos con premios en metálico, viajes y regalos, donde cada vez era más importante la trastienda del concursante, del protagonista. Se estaba sembrando lo que luego llamarían la vida en directo.
No obstante, fue a partir de los años 90 cuando este género se convirtió en un ‘boom’. La telerrealidad extendió sus fauces a las distintas profesiones: el día a día de comisarías, hospitales, estaciones de bombero y demás cuerpos especializados eran mostrados en las pequeñas pantallas de medio mundo, pero el verdadero despegue de este tipo de programas llegó de la mano de la primera edición de ‘Big Brother’ (‘Gran Hermano’) en Holanda, y su rápida difusión y adaptación al resto del mundo. En España. programas denominados “blancos” y “familiares” también comienzan a surgir, como ‘Sorpresa, Sorpresa’ o ‘Lo que necesitas es amor’.
Ya en la época de los años 2000 los reality shows se asientan en la parrilla y comienza un lavado de cara general. A principios de la década de los 2000 nace, precisamente en España, ‘Operación triunfo’, programa que arrasó en nuestro país y que no tardó en ser exportado al resto del mundo con éxito rotundo. También surgen los programas que mezclan la convivencia y la supervivencia, como ‘Survivor’ (‘Supervivientes’).
Gran Hermano, el programa que revolucionó la telerrealidad en España.
Aunque en España el primer programa de telerrealidad se defendió bajo el título patrio «¿Quiere usted ser torero?» en 1949, el programa que marcó un antes y un después fue el ya conocido, mediático y exitoso ‘Gran hermano’. Este espacio llegó a nuestras pantallas un 23 de abril del año 2000 en TeleCinco y de la mano de Mercedes Milá, todavía presentadora del formato. El programa llegaba como un “boom” tras el éxito en Holanda y, como no podía ser de otra forma, también triunfó en España con más de un 36% de share en su primera gala y cerrando en su gran final con un escalofriante 70,8% de cuota de pantalla. Esta primera edición se convertiría en la más vista de la historia del reality con una media del 51,2% y 9.885.000 espectadores.
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A raíz de este rotundo éxito, las cadenas de nuestro país quisieron aprovechar el tirón de ‘Gran Hermano’ y crearon formatos arriesgados tratando de cosechar éxitos como el originario. Primero, TeleCinco estreno ‘Supervivientes’ que, poco más tarde, se pasaría a Antena 3 llamado ‘La Isla de los FamoS.O.S’. Siguiendo con la cadena de San Sebastián de los Reyes, ahora la televisión principal del grupo Atresmedia, Antena 3 estrenó en septiembre del año 2000 ‘El bus’, un programa con características similares al de ‘Gran hermano’, dónde el encierro en vez de en una casa, era en un autobús que recorría las diferentes provincias de la geografía española. El programa tuvo una audiencia cercana al 24% de share, pero los directivos decidieron no renovar el formato al quedarse muy por debajo de los datos de GH.
En pleno auge de los realitys llegó el programa musical que marcaría a varias generaciones, el mítico ‘Operación Triunfo’, del que después hubo siete ediciones más. ‘OT’ llegaba tímido un 22 de octubre de 2001, pero, a lo largo de las galas, consiguió incrementar de manera impresionante su audiencia hasta alcanzar en su gran final un 70% de share con casi 13 millones de espectadores. ‘OT’ no sólo revolucionó el mundo de la música en nuestro país, sino que también lo hizo en Europa con Eurovisión. La ex triunfita, y ganadora de esa primera edición, Rosa López, rompió audímetros en el festival del 2002 con una media del 80,4% y 12,8 millones de espectadores, llegando a registrar un 85,2% en las votaciones. ‘Operación Triunfo’ se despidió de nuestras pantallas en enero de 2011 debido al desgaste del formato.
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El reality como sinónimo de parrilla televisiva en nuestro país.
Tal y como avanzábamos al principio del artículo, en España, más del 50% de la parrilla televisiva está compuesta por programas de telerrealidad: ‘Gran hermano’, ‘La voz’, ‘Supervivientes’, ‘Perdidos en la tribu’, ‘Top chef’, ‘Master Chef’, ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?’, ‘Granjero busca esposa’, ‘Hermano mayor’,… y así hasta un sinfín de programas. Master Chef fue la última revelación de la televisión pública, respaldado por audiencias superiores al 20% en muchas emisiones. ColumnaZero repasó la historia y origen del vanagloriado MasterChef.
Son algo diferente a los que nos presentaban las cadenas a principios de la década del 2000, aunque muchos nacieron en aquél entonces. Han ido evolucionando hacia los gustos y preferencias de la audiencia, que actualmente muestra signos de cansancio en contenido banal y vacío y exige nuevos retos y contextos; así como ha entrado en juego las redes sociales, permitiendo a los televidentes interactuar con la audiencia, protagonistas y el propio programa de televisión. Hubo una época en la televisión española con realitys show más agresivos en contenido. Ejemplos de ello fueron los extintos «Confianza Ciega», «Hotel Glam» o «Libertad Vigilada», que dieron paso a programas como «Fama», «Supermodelo» o «Factor X». Mientras unos siguen en la parrilla con innumerables ediciones, otras han quedado en el olvido. Mientras otros vuelven tras un lavado de cara con audiencias estratosféricas, clásicos se hunden en su última edición. Mientras de repente triunfa un formato, meses más tarde vuelve a resurgir aquel que se daba por muerto.
A día de hoy, se siguen creando nuevos formatos y renovando los antiguos, esperando que llegue un nuevo “boom”, esa vuelta de tuerca, ese formato mágico, al igual que ocurrió en su día con programas como ‘Gran hermano’ u ‘Operación Triunfo’.
Jorge Morelle Ventura