
Nuestra última visita gastronómica nos ha llevado directamente a la misma Plaza Mayor de Madrid hasta el número 23 para conocer la nueva apuesta del restaurante Arrabal.
Como muchos de los turistas despistados que cohabitan con los vecinos de la zona, nos hemos tomado nuestro tiempo y hemos dado un agradable paseo por los alrededores para disfrutar de la belleza de esta parte de la capital cargada de historia: el Palacio Real, la Catedral de la Almudena, los jardines de Sabatini, la Plaza de la Villa, …
Finalmente, llegamos a la Plaza Mayor donde se erige como un soplo de aire fresco el nuevo restaurante Arrabal (Plaza Mayor, 23. Tel. 91 862 94 89), un nuevo espacio de 600 m2 dividido en dos alturas que ofrece una cocina más clásica y castiza en la planta calle, como marca la oferta gastronómica de la zona, y una cocina más elaborada y creativa en la planta sótano totalmente diferente a las propuestas habituales de los restauradores de la plaza.
Nada es casualidad en esta nueva propuesta gastronómica que está llamada a revolucionar el concepto de los restaurantes de la zona. Por empezar por el principio, la pildorita de historia, que por supuesto tiene un lugar como este, viene incorporado en el propio nombre del local: Arrabal. Bajo el reinado de Juan II de Castilla, la conocida Plaza Mayor se llamaba Plaza del Arrabal, hasta que en el año 1812 por un Real Decreto se pasó a llamar Plaza Mayor. Hoy, el responsable de este proyecto, Yago Suárez, recupera esa denominación y lidera la apertura de este local en el espacio anteriormente ocupado por Casa María. Tras su exitosa experiencia con Sargo, Yago Suárez ha diseñado un local con dos propuestas de cocina diferentes y con varios espacios con diferentes ambientes.
Algunos de los platos que podemos degustar en la carta más informal, acorde a la demanda del enclave en el que se encuentran, de la planta calle y terraza de Arrabal son: callos a la madrileña, croquetas de boletus y ali-oli de ajo negro, buñuelos de bacalao y salsa tártara, bocadillo de calamares 2.0 con pan de coca AOVE y alioli o bocadillo de pan de coca AOVE con rabo de ternera guisado o con pollo en pepitoria, por citar algunos. De postre, helados artesanales fabricados en su obrador, y tartas caseras.
En cambio, en la planta sótano, en un ambiente romántico con el techo abovedado y ladrillo visto y ambientado con luces cálidas, la oferta es más cuidada y elaborada, encontrando recetas tales como: salmorejo de mora con nube de queso mascarpone, sardinas ahumadas en mirin de naranja o tartar de tomate aliñado, causa limeña y aire de aceituna gordal, entre los entrantes; y pastel de cochinillo con espuma de patata, steak tartar ahumado con aromas de Jack Daniel’s y pan sardo, lubina frita a las cinco pimientas o carpaccio de pez mantequilla con huevas de pez volador y nabo amarillo encurtido, entre los principales. Los postres de esta planta son fresas con nata y espuma de leche merengada, tarta de queso fluida o sorbete de mango con vodka o champagne, por citar algunos.
Si después de leer esta atractiva propuesta todavía no se te está cayendo la baba y tienes dudas de cuándo ir, decirte que además, la oferta de Arrabal se completa con una carta de desayunos y de meriendas con bollería y tartas caseras de elaboración propia y propuestas únicas en la zona.
Por otro lado, en la espectacular terraza en plena Plaza Mayor de más de 100 comensales se organizan catas para grupos, barra de coctelería y shishas, siendo la primera terraza de la plaza que puede ser reservada para eventos privados y de empresa. Ya dentro del local, de la mano de la interiorista Mer Rivera, nace una propuesta decorativa atemporal, manteniendo la esencia castiza y generando espacios acogedores que se convierten en galerías de arte emergente rotativo. Una estrategia decorativa que parte del potencial del local, con sus muros abovedados de ladrillo y sus suelos de mosaicos que nos transportan siglos atrás, y que convergen con texturas y colores de toda la vida; la cestería, el lino, el color verde olivo y por supuesto la madera, son elementos que consiguen hacer de cada rincón un espacio acogedor y a la vez lleno de historia, y todo esto en un entorno inmejorable, la Plaza Mayor de Madrid.
No querríamos terminar esta reseña sin hacer una mención especial al espectacular servicio recibido durante toda la cena por parte de Pau, con quien si tenéis la suerte de coincidir, no dudará en asesoraros con mucho criterio y haceros sentir como en casa. Muy fans de los sitios con personas que cuentan con grandes profesionales tanto en cocina como en sala.
Arrabal, abre de domingo a jueves ininterrumpidamente de 09:00 a 01:30 horas, salvo viernes y sábados que cierra a las 02:00 horas. El precio medio en la planta calle es de 20-25 € y en la planta sótano de 35 €. Se puede ampliar información a través de su web.
David Domínguez
@columnazero