
Hace pocos días tuvo lugar la entrega de los Premios Feroz 2017, una cita que se prefigura, año a año, como la antesala de los Premios Goya. La expresión «antesala» nos es familiar, es justamente la denominación que se utiliza para definir a los Globos de Oro, otra «cita» a la que ya estamos habituados como prolegómenos del evento más glamuroso y esperado del cine mundial, los Oscar.
Los Premios Feroz van adquiriendo día a día más importancia, síntoma de la buena salud de la que goza el cine español. La hornada de nuevas películas que llega cada año a nuestras salas, unida a la imparable calidad de las series que realizan en nuestro país, hace más necesaria que nunca esta gala, que en el fondo es una puesta en escena de la incipiente industria que, no por merecida, nunca hemos llegado a tener.
Los paralelismos entre los Premios Feroz y los Globos de Oro son evidentes, se premia la espontaneidad, el buen gusto, la proyección comercial, son galardones más desinhibidos y menos encorsetados que sus superiores en rango, Goya y Oscar. El cine europeo en general, y el francés y el español en particular, siempre han buscado cierto mimetismo con el americano a la hora de construir su esqueleto industrial. Dentro de esta estructura, mejor o peor construida, el parecido en las galas, el glamur de sus participantes y la conveniencia de sus premios, son factores que las cinematografías europeas han «copiado» del monstruoso engranaje industrial norteamericano. Hacer una comparativa de los premios a un lado y otro del océano es un ejercicio sano y clarificador acerca del adónde va nuestro cine y cómo está siendo de efectivo en su pulso con los espectadores. Repasemos, pues, ambas listas y encontraremos similitudes en forma y fondo, cuando menos curiosas.
En la sección de largometraje de los Premios Feroz ha habido una total triunfadora: Tarde para la ira, ópera prima de Raúl Arévalo. Tarde para la ira es un thriller dirigido por un habitual de la cinematografía actual española, cinematografía, baste decirlo, basada en un cine de género thriller, policíaco y costumbrista. La cinta de Raúl Arévalo ha logrado cinco de los diez galardones considerados para un largometraje, entre ellos los de mejor película y mejor dirección. Paralelamente, los Globos de Oro apuntalaron las perspectivas de La Ciudad de las Estrellas (La La Land, 2016) como firme candidata a una lluvia de Oscar, nada menos que otros cinco Globos de Oro fueron los que le cayeron encima; mejor película musical, mejores actores principales (Ryan Gosling y Emma Stone) y mejor director (Damien Chazelle) y mejor banda sonora fueron los galardones que logró reunir la que sin duda va a ser la película comercial del año.
Dando un repaso al resto de los premios, que no por menores son menos importantes, los Premios Feroz dieron el premio a mejor actriz a Bárbara Lenni por María y los demás, comedia dramática, el de mejor comedia a Kiki, el amor se hace, nuevo acercamiento de Paco León a la comedia cinematográfica española. Quizás un premio simbólico hacia nuestros diseñadores y cartelistas ha sido el otorgado al de mejor cartel para otro thriller, éste menos violento que Tarde para la ira, El hombre de las mil caras, película del veterano Alberto Rodríguez que repasa las aventuras del hombre que capturó a Luis Roldán, el escurridizo espía Francisco Paesa. La competidora de Tarde para la ira era la película de Rodrigo Sorogoyen, Que Dios nos perdone, de nuevo otro thriller policíaco que utiliza nuestra realidad más inmediata como marco donde desarrollar una historia que seguro a todos nos resultará muy familiar.
Los Globos de Oro también lanzaron sus bendiciones sobre algún que otro thriller, Animales nocturnos, y alguna película con cierto compromiso social, Moonlight. Pero fueron los premios para mejor actriz y mejor película extranjera los más arriesgados, y de lejos los más polémicos: Elle, de Paul Verhoeven consiguen dichos galardones a pesar de la dureza de la película y de la mala reputación del director holandés en Hollywood; sin duda la implicación de Isabelle Hupert en su personaje hizo posible esta hazaña que la ha lanzado a ser nominada al Oscar para mejor actriz principal.
Tanto los Premios Feroz como los Globos de Oro guardan un buen puñado de distinciones para las series de televisión. Aunque no es nuevo, la popularidad y la calidad de los seriales televisivos están siendo un revulsivo para muchos cineastas y productoras a la hora de invertir talento y dinero. En los Premios Feroz se distingue a las series Paquita Salas y El ministerio del tiempo con la práctica totalidad de los premios. En los Globos de Oro son The Night Manager, The Crown y Atlanta las series más laureadas, desconocidas por estos lares hasta la fecha.
Ya queda poco para que las ceremonias de los Goya y los Oscar nos desvelen a sus ganadores. Los premiados con los galardones más importantes de las cinematografías española y norteamericana se sentirán muy afortunados ante el empujón comercial y artístico que supondrá el ser premiados y, a buen seguro, consolidará sus carreras. Tanto los Goya como los Oscar son algo más que premios a lo mejor del año, son premios a una industria que se laurea así misma y que pretende consolidar y auxiliar, a su manera, las trayectorias de sus ganadores.
Alfredo Paniagua
@columnazero