
El culto al cuerpo ha desarrollado un significado diferente en los últimos años. Ya no vale mantenerte en tu peso; «estar bien». Ahora lo que se lleva es estar cachitas, marcar abdominales y músculos cual culturista. Es ahí donde entra en juego el Crossfit, una serie de ejercicios de entrenamiento que se basan en los métodos de preparación utilizados por unidades militares y fuerzas especiales.
¿Alguna vez te has preguntado cómo consiguieron que los actores de la película ‘300’ parecieran esculpidos en mármol? Posiblemente el Photoshop tuvo algo que ver, sí, pero además de los efectos especiales utilizados en todo el metraje, el cast de la película tuvo que someterse a duras sesiones de entrenamiento de Crossfit. El Crossfit es un programa de acondicionamiento físico basado en la idea principal de desarrollar las capacidades físicas básicas de cada individuo a través de ejercicios funcionales. Esos ejercicios se realizan en sesiones de entrenamiento de gran intensidad pero de corta duración.
Esta disciplina se originó en 1995 en EE.UU, cuando Greg Glassman introdujo esta serie de técnicas utilizadas en el ejército para entrenar al departamento de policía de California. Poco a poco, actores y actrices del panorama hollywoodiense han ido adaptando el Crossfit a su entrenamiento diario para poder lucir palmito en sus películas.
El objetivo de este singular método de entrenamiento es trabajar todas las áreas físicas de nuestro cuerpo de manera funcional; es decir, se intenta desarrollar la fuerza muscular y la capacidad aeróbica de cadenas musculares sin centrarse en un músculo específico. De esta manera, podemos obtener el mayor rendimiento de nuestro cuerpo en un corto período de tiempo. ¿Suena algo aburrido, verdad? Pues nada más lejos de la realidad.
Normalmente, los Crossfitteros suelen entrenarse en instalaciones que llevan el nombre de box. En ellas podemos encontrar materiales usados en diversas disciplinas deportivas, como pueden ser las barras olímpicas (de esas en las que los gimnastas realizan imposible piruetas), balones medicinales (algún día tendré que informarme de porqué se les llama así…) o las denominadas pesas rusas.
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Aunque en un principio parece un tipo de entrenamiento excesivamente duro el éxito del Crossfit reside en que los entrenamientos nunca son iguales. El entrenador tiene la posibilidad de idear miles y miles de rutinas distintas, de manera que, ni el cuerpo se acostumbra a los esfuerzos que se le exige hacer, ni se corre el riesgo de dejar de practicarlo por aburrimiento o monotonía. Además, los ejercicios pueden adaptarse a los diferentes niveles para de participantes que haya en cada sesión ya que los programas suelen diseñarse en función de las condiciones físicas de cada individuo.
Todo esto, ¿Para qué? Pues para superarse a uno mismo. Esa es la filosofía principal del Crossfit; competir contra uno mismo y superarse día a día. Y tú, ¿Te apuntas a la moda Crossfit?
Asier Sannio
@asannio