MICROBIOS QUE CAUSAN ANSIEDAD

Un artículo de Antonio Manuel Murcia para ColumnaZero.
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Un artículo de Antonio Manuel Murcia para ColumnaZero.

Diversos estudios revelan que determinados microbios afectan directamente a los niveles de ansiedad de origen cerebral e intestinal, así como otros favorecen el buen humor y la felicidad. Dos ejemplos son la bacteria Campylobacter jejuni y la Mycobacterium vaccae.

Mark Lyte, de la Universidad Tecnológica de Texas (EE UU), ha demostrado que tras ingerir pequeñas dosis de Campylobacter jejuni, una de las bacterias que producen más intoxicaciones alimentarias en todo el mundo, aumentan los niveles de ansiedad a nivel cerebral. Además esta bacteria provoca infecciones intestinales usualmente de origen zoonótico en los que se manifiesta  diarrea aguda, que puede o no ir acompañada de vómitos, dolor abdominal, dolor de cabeza y malestar general.

A esto se añade que ciertas bacterias gastrointestinales que colonizan el intestino delgado justo después de nacer, pueden incrementar la ansiedad y el miedo, así como la sensibilidad al estrés, tal y como ha probado Jane Foster, de la Universidad McMaster de Canadá. Un ejemplo puede ser la bacteria Clostridium difficile, que se encuentra universalmente en la naturaleza, con especial prevalencia en la tierra.

Por ello se confirma que en multitud de casos la ansiedad puede radicar en el intestino delgado y no en la cabeza como cree gran cantidad de población. Varias enfermedades comunes gastrointestinales, incluyendo el síndrome de intestino irritable, se asocian frecuentemente con la ansiedad o la depresión. Además se ha especulado que algunos trastornos psiquiátricos, tales como el autismo de aparición tardía, pueden estar asociada con un contenido anormal de estas bacterias en el intestino.

Todo lo contrario sucede con Mycobacterium vaccae, un microbio inofensivo que vive en el suelo y que inhalamos cuando damos un paseo por el campo, nos tumbamos en el césped, jugamos en el parque o arreglamos las plantas del jardín. Según un reciente estudio publicado en la revista Neuroscience, este microbio estimula a las neuronas de la corteza prefrontal del cerebro humano para que liberen serotonina, el neurotransmisor de la felicidad y el bienestar, lo que nos pone de muy buen humor y contrarresta el miedo y la ansiedad.

Antonio Manuel Murcia López

@ant_mml

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