
Más abrigos de pelo, cuellos orientales, colegialas que acaban vestidas de princesas, una vuelta a la infancia, camisetas con madera o el premio a la mejor colección, fueron solo algunos de los momentazos que cerraron la 63ª edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Todo eso y nuestra particular lista de deseos, aquí.
El domingo fue un cuento de hadas escrito por Maya Hansen y Teresa Helbig, dos de las diseñadoras más románticas que hemos visto en esta edición. Sus modelos vistieron colores candy y otros más maduros, como negros y verdes oliva, en diseños que se movían entre la inocencia y una sensualidad muy discreta. Maya Hansen apostó por una colección galáctica, con tejidos de texturas gruesas y brillos futuristas. El corsé fue la base de una propuesta que, al incorporar faldas volanderas, recuperaba la tradicional figura femenina, renovada por esas telas de ciencia ficción.
Helbig reintrodujo en la pasarela la pata de gallo, un estampado que hasta el momento no había estado presente, y vistió a una niñas de colegio que iban creciendo según avanzaba el desfile. De las falditas abotonadas y los petos cortos con cuadros escoceses, pasamos a vestidos largos en terciopelo de distintos tonos, creando una imagen mucho más adulta pero que mantiene esa dulzura tan característica de la diseñadora. La única pega de su desfile es que no nos daba la vista para estar pendientes de todos sus vestidos sin perdernos las maravillas con las que calzó a las modelos: unos zapatos de tacón bajo estilo años 20, en terciopelo o purpurina, que se van directos al número uno de nuestra lista de favoritos.
De la feminidad pasamos a la androginia con María Ke Fisherman y su invitación a la noche japonesa. Conforme el látex y los estampados sacados de la carátula de alguna peli policiaca pasaban por delante de los asistentes, más de uno estaría pensando “Sita Abellán estaría encantada de ponerse esto”. Y poco después allí estaba ella, una de las modelos españolas del momento y máximo exponente de esta estética tan propia que la diseñadora ha creado y pocos han intentado igualar. Lo que empezó con trajes de marinerito fue derivando en minifaldas, crop tops, botas altas y abrigos largos, que parecían pensados para perderse entre los clubes nocturnos de una gran ciudad.
Otra de las propuestas más atrevidas fue la de Etxeberría. El diseñador, que en la edición anterior nos llevó de paseo por la costa francesa, se ha trasladado esta vez a Siberia con una colección compuesta únicamente por abrigos. Largos y con el pelo como protagonista indiscutible, así son las prendas en las que nos cobijaremos el próximo invierno. Distintos tonos oscuros del material más cálido se mezclan para crear desde animales hasta juegos ópticos, como una pieza que se convierte en tablero de ajedrez.
Si nos hubieran dicho que nos iba a gustar una colección basada en My Little pony, posiblemente nos habría dado un ataque de risa. Pero María Escoté nos ha cerrado la boca con una propuesta que nos traslada a la infancia, llena de arcoíris y jerséis que parecen hechos como la cinta magnética de los antiguos casetes. Lo que más nos ha llamado la atención ha sido la importancia del lila, un color que no estaba teniendo mucha presencia en esta pasarela y que sin embargo sí ha triunfado en la semana de la moda de Nueva York, en desfiles como el de Rebecca Minkoff. Otro de los puntos fuertes ha sido dejar de un lado la bomber, que acaba de ponerse de moda y ya empieza a estar muy vista, para recuperar una biker punk con tachuelas y más dibujos. Por todo esto, empezamos el lunes con un nuevo artículo en nuestra wishlist: su falda alada.
Sobria, minimalista y moderna. Así fue la colección que Devota y Lomba diseñó tomando como punto de partida el tangram, un juego chino donde el objetivo es ordenar el caos. Las figuras geométricas trabajadas en metacrilato y madera cubren el cuerpo de diseños lisos, muy sencillos, en los que los apliques y el trabajo de volúmenes con las telas se llevan todo el protagonismo. Como color revelación, el azul hielo, mezclado con los tradicionales negro y beige. La categoría de accesorios se queda corta para los zapatos y los bolsos de charol, también cubiertos por prismas, y parte fundamental de la serie.
Después de mucho esperar (10 años, concretamente), Jorge Vázquez volvió a la pasarela madrileña con una propuesta que llevaba todas las de ganar. Y así lo hizo. El diseñador cerró la 63ª edición de la Fashion Week en Madrid con el premio a la mejor colección. Sutileza; combinaciones de vestidos lenceros con sudaderas a la cintura, a las que el típico “cómodo y femenino” se les queda corto; chaquetas que recordaban un poco al tweed de Chanel… En definitiva, prendas con actitud propia, que definen a la perfección la nueva feminidad. Una vuelta por todo lo alto, y un artista con el que esperamos contar muchas ediciones más.
Hasta aquí nuestra selección de las mejores colecciones que se han presentado en la capital durante la última semana. Propuestas que cuentan historias por sí solas, sin necesidad de las explicaciones de las manos que les han dado vida. A todas las tendencias que hemos fichado para el invierno próximo hay que añadirles el maquillaje: caras limpias marcadas tan solo por unos labios oscuros y melenas sueltas o con recogidos despeinados. Una opción sencilla y útil para el día a día que, lejos de las tendencias de maquillaje que hemos estado viendo durante el 2015, exaltan la naturalidad.
Y, como ya es costumbre, cerramos un episodio más de la moda española con nuestros fichajes estacionales:
- Un par (o más) de zapatos de baile de Teresa Helbig
- La falda alada de María Escoté
- El mini bolso geométrico de Devota y Lomba
- El conjunto de vestido lencero + sudadera de Jorge Vázquez
Clara Auñón