
La última edición del Salón del Automóvil de Tokio no está presentando gran número de novedades para el mercado europeo, pero sí multitud de prototipos y tecnología aplicada al automóvil muy interesante. Entre ellos, el Mazda RX-Vision.
Una de las presentaciones más importantes de este salón ha sido la puesta en escena del Mazda RX-Vision. Se está llevando la admiración del público y una buena parte de los flashes porque, sinceramente, se lo merece.
Mazda en los últimos años no tenía una gran cantidad de seguidores, ni unos buenos datos financieros. Estaba bastante hundida. Sin embargo, al tocar fondo se impulsó fuertemente hacia arriba y hoy continúa subiendo, ganando posicionamiento, ganando respeto, ganando clientes en. Todo esto, damas y caballeros, se debe a una cosa: un trabajo bien hecho.
El salto en calidad de acabados en sus modelos ha sido muy notable, aunque siguen con margen de mejora. También ha ganado muchos enteros a nivel visual gracias al diseño de marca bajo el lema KODO (que significa “alma del movimiento”). Solo tienes que fijarte en un Mazda3 o Mazda6 de hoy en día y compararlo con el mismo modelo de hace 7 años. Los modelos de nuestros días tienen una imagen asombrosa que si en lugar de llevar las insignias de Mazda fueran de alguna marca Premium alemana, se hartarían a vender. Por suerte, los precios de adquisición de los modelos de la marca japonesa no se han disparado.
Por otro lado, en unas fechas en las que los motores de 3 y 4 cilindros de baja cilindrada (eso a lo que se le llama “downsizing”) se están apoderando de nosotros, Mazda sigue aguantando con mecánicas de cilindradas superiores a la competencia y sin recurrir a bloques de tres cilindros y sobrealimentación en gasolina. De este modo siguen ofreciendo un tacto de conducción más bonito que el de su competencia y lo hacen sin comprometer los consumos de combustible y las emisiones contaminantes de las que tanto se está hablando últimamente.
Y ya que hemos hablado de mecánica, nos centraremos en el objetivo de este artículo. El Mazda RX-Vision Concept gusta estéticamente, y mucho. Su diseño es fantástico, con un capó muy alargado, frontal agresivo a la par que elegante, líneas de volumen en paragolpes y pasos de rueda, cabina biplaza retrasada y muy pegada al suelo. Tiene todo lo que debe tener un deportivo de verdad.
Pero ahora vamos a la parte más bonita del Mazda RX-Vision: su mecánica. A pesar de que Mazda aún no ha confirmado al 100 % su producción en serie, se prevé como un sucesor de los modelos Mazda RX-7 y RX-8. Aquellos modelos que marcaron época y que han sido (y son) objetos de culto para muchos locos de este mundillo. El primero, el RX-7 fue lanzado en el año 1978 y cesó su comercialización en 2002 con más de 800.000 unidades comercializadas. Su sucesor fue el RX-8; que también ha sido un deportivo digno de colección, pero no causó la misma revolución que el RX-7. Su comercialización terminó en 2012.
El concept equipa un propulsor rotativo, también conocido como tipo Wankel, situado bajo el capó delantero, entre el eje delantero y el habitáculo (central-delantero), como los dos modelos de los que te acabo de hablar. Este tipo de motor se sale de la norma. No era ninguna novedad en el RX-7, ya que se utilizó por primera vez en un coche de producción en serie hace medio siglo con el Mazda Cosmo Sport 110S, pero su forma de trabajo tan peculiar y el elevado régimen de giro que permite creó muchos adeptos. Una pena que la fiabilidad no fuera su punto más fuerte.
Mazda asegura que, aunque hace ya varios años que no utiliza este tipo de mecánica en ningún modelo, no han dejado de trabajar en él. No ha ofrecido cifras de posibles prestaciones del motor Wankel utilizado por este concept, pero tampoco nos hacen falta. El encanto de estos coches y sus motores no ha estado nunca en los caballos de potencia máxima, ni en las aceleraciones, ni en la velocidad máxima; si no en las sensaciones que transmite a quien lo conduce y el hecho de saber que llevas un coche completamente distinto a la competencia.
Del habitáculo del Mazda RX-Vision, ¿qué os vamos a decir? Impresionante. El concept no ofrece ni pantallitas digitales táctiles, ni multitud de botoncitos por toda la cosa central. El salpicadero está totalmente limpio, de hecho no existen ni rejillas de ventilación. El cuadro de instrumentos, el volante y los pedales son lo único que importa en este coche.
Os recuerdamos que es un concept. El modelo que llegue a producción, si es que llega, obviamente tendrá rejillas de ventilación y alguna pantalla para el infoentretenimiento. Pero la idea principal del futuro coche es ésta.
Si os fijáis en la imagen del interior, se aprecia que el indicador de velocidad de giro del motor (cuentarrevoluciones), está en un primer plano. En el centro y de gran tamaño. Puede que esto no os diga nada, pero estamos aquí para informaros de que ese pequeño detalle, por muy simple que sea, significa que el conjunto ha sido diseñado para hacer disfrutar a su conductor y subirlo de vueltas, pero sin necesidad de ir a 200 km/h. Es algo realmente difícil de explicar. Hoy en día cualquier coche corre, pero no todos transmiten deportividad y sensaciones. Os aseguramos que si este Mazda llega a producción lo hará.
Diego Ávila
buffff….indescriptible.
¿Se sabe precio?