
Tomar el sol no solo es placentero, sino que también evita el envejecimiento prematuro de nuestros huesos, gracias a la elevada cantidad de vitamina D que contienen sus rayos. Desde luego con las protecciones adecuadas, el sol es la fuente más importante de vitamina D para nuestro organismo y hace que nuestros huesos envejezcan de la forma más saludable posible.
Un estudio publicado en la revista Science Translational Medicine, afirma que los rayos solares son fundamentales para que la calidad de nuestros huesos sea lo mejor posible a medida que envejecemos. Las personas obtenemos la vitamina D en una proporción del 90% por la radiación solar, y en el 10% por la dieta (pescados grasos, yemas de huevo, carnes y algunos alimentos reforzados).
Y, contra todo pronóstico, los habitantes de países cálidos, como España, no tienen los niveles correctos de la vitamina. Esta vitamina es imprescindible para la absorción de calcio y magnesio en los huesos y en la mayoría de los casos el origen de la osteoporosis (provocada por la disminución del tejido que conforma al hueso, tanto de las proteínas como de las sales minerales) es la carencia de vitamina D, no de calcio como se cree en ocasiones.
Resultados del Estudio Internacional sobre Asma y Alergias en la Infancia (ISAAC), estima que el déficit nutricional más frecuente está entre las personas mayores y en la población infantil especialmente en algunas zonas del norte de España. Pero hay que tener en cuenta que la vitamina D no solo fortalece los huesos, sino que también es importante para el funcionamiento de los músculos.
El epidemiólogo Alberto Pena, declara que no se toman las horas de sol necesarias, incluso en las zonas en las que hay más luz solar. «Y tomar el sol, con precauciones, es beneficioso, porque es muchas veces la única forma que tienen los niños de sintetizar la vitamina D, ya que a través de la alimentación se absorbe en muy poca cantidad».
El sol debe tomarse protegiéndose la piel con cremas solares de protección elevada y posterior after-sun, evitando las horas más agresivas de exposición (de 12:00 a 16:00 horas), hidratándonos continuamente y usando gafas de sol, lápices de labios fotoprotectores y sombreros o gorras para proteger la cabeza. Evitar productos con alcoholes o perfumes o maquillajes que pueden manchar la piel.
Antonio Manuel Murcia López
@ant_mml