
La viruela, el SIDA, la gripe española y el sarampión.
La crisis del ébola más grande de la historia ha dejado a día de hoy casi 1000 muertos. Pero otros virus han constituido una amenaza muchas más seria a lo largo de los años, con una cifra de muertos muchísimo mayor.
Viruela: también conocido como el virus Variola Major, de la familia Poxviridae. Apareció hace unos 10.000 años alcanzando una distribución global. Actualmente existe una vacuna contra la viruela creada en 1979 gracias a un programa masivo por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero llegó a alcanzar una letalidad del 90% provocando 400.000 muertes anuales a finales del siglo XIX. Se la conoce por ser una de las responsables de la desaparición de los aztecas y los incas.
Los investigadores continúan debatiendo si se deben destruir o no las últimas muestras restantes del virus custodiadas en laboratorios de alta seguridad o preservarlo en caso de que pueda haber alguna razón en el futuro para estudiarlo. Existe una inquietud y es que el virus de la viruela podría propagarse como parte de un ataque terrorista en forma de aerosol.
Los síntomas suelen aparecer entre unos 12 y 14 días después de haber contraído el virus y pueden comprender: diarrea, dolores de espalda, fatiga, fiebre alta (38-40 grados), vómitos, dolor de cabeza y sangrado entre otros. La viruela se contagia en contacto directo con fluidos corporales o con objetos contaminados. El virus puede permanecer vivo al aire libre entre 6 y 24 horas, aunque no se conoce caso de transmisión por este medio.
Gripe española: El virus de la gripe si no es bien tratado es capaz de causar entre 250.000 y 500.000 muertes al año. La gripe pertenece a la familia Orthomyxoviridae. Es un virus grande que oscila entre los 80 y 120 nanómetros envuelto en una capa externa en la que se enganchan las proteínas hemaglutinina (H) y la neuramidasa (N).
Las nuevas variantes del virus de la gripe aparecen cuando saltan entre animales y humanos, como puede ser la gripe aviar (A/H1N1), que llegó a tal alarma social en 2009 o la gripe A causada por una variante Influenzavirus A (subtipo H1N1). La variante conocida en 1918 como gripe española mató a más de 20 millones de personas.
La mayoría de personas que contraen la gripe es por la inhalación de partículas provenientes de la tos y estornudos de los infectados. Los principales síntomas son: dolor muscular, escalofríos, tos, fiebre, dolor de cabeza y de garganta. La principal forma de evitar que se contagie la gripe es aplicarse una vacuna anual.
Sarampión: causa al año 122.000 muertes, que equivale a 330 muertes al día y 14 a la hora según la OMS. Es una enfermedad muy contagiosa y se propaga con facilidad por contacto con pequeñas gotas provenientes de la nariz, la boca o la garganta de una persona infectada. El estornudo y la tos pueden lanzar gotas contaminadas al aire.
Aquellas personas que hayan tenido una infección de sarampión activa o que hayan sido vacunados contra la enfermedad tienen inmunidad contra dicha afección. La OMS estima que desde el año 2000 se han vacunado 1000 millones de niños, lo que supuso un descenso del 78% en muertes por dicho virus. Pero desde que se comenzó a suministrar la vacuna, el número de muertes ha descendido a un 98% de los casos en España actualmente.
El virus del sarampión pertenece a la familia paramyxoviridae, y tiene un diámetro de 100 a 200 nanómetros careciendo de envuelta. Los síntomas aparecen entre los 8 y 12 días después de contraer el virus entre los que podemos encontrar: tos, fiebre, ojos inyectados en sangre, fotofobia, dolor muscular, erupciones cutáneas, conjuntivitis, dolor de garganta, rinorrea y pequeñas manchas blancas dentro de la boca. Aunque sus principales complicaciones si no es bien tratado pueden acarrear: bronquitis, neumonía, otitis e incluso encefalitis.
SIDA: sacado a la luz en 1981, supone actualmente una de las principales causas de muerte a nivel mundial. Cada minuto se infectan 9 personas de sida en el planeta (seropositivos). Perteneciente a la familia de los Retroviridae, el virus ataca los linfocitos T, debilitando el sistema inmunitario del afectado y provocando sistemas infecciosos o tumorales. La infección se produce principalmente a través del contacto directo con fluidos como la sangre, el semen, mucosa vaginas y anal. De ahí la importancia de utilizar preservativo durante las relaciones sexuales. Es el principal método para evitar la transmisión. Por saliva el contagio es nulo. Una vez infectado, el enfermo tardará cinco años en desarrollar la enfermedad. No tiene cura, aunque existen antirretrovirales que logran disminuir la velocidad de reproducción del virus.
Antonio Manuel Murcia
@columnazero
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