
Se puede hablar de muchas revoluciones a nivel social y una de ellas es la protagonizada por la comunidad homosexual. Las nuevas estructuras sociales y los nuevos modelos de familia van calando mientras la televisión trata de dar cuenta de todos estos cambios. ¿Cómo reflejan las series al sector gay?
No fue hasta 1990 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) descatalogó la homosexualidad como una enfermedad mental. Desde entonces, la comunidad LGBT ha seguido adelante en su lucha por la equiparación de derechos y contra la discriminación.
La televisión ha sabido adaptarse, en mayor o menor medida, a estos cambios e incluso ha servido como abanderada en la carrera por la igualdad. Queer as Folk inauguró el siglo XXI al presentar una serie completamente homosexual. Si bien primero llegó la versión británica, fue la americana la que se convirtió en un fenómeno de masas. El drama de Showtime presentó sin tapujos el estilo de vida homosexual abordando temas como el matrimonio, las drogas, el sexo, la fecundación artificial, la homofobia o el VIH. El éxito fue arrollador convirtiendo a la serie en todo un icono. Debido a la crudeza de algunas tramas, a las escenas de sexo explícito o, simplemente por tratarse de una serie gay, fue objeto de multitud de críticas por parte de los sectores más conservadores.
Antes de acabar este proyecto, la misma cadena se enfrascó en otro para acercar a la pequeña pantalla a un sector, quizás, menos visible que el gay. En 2004 llegaron las lesbianas pisando fuerte con The L Word. Se nos descubrió un mundo vibrante y lleno de posibilidades. Las mujeres son dueñas de sí mismas y de su sexualidad. Las pasiones y la fraternidad entre ellas son el hilo conductor de las chicas del Planet. Al igual que su predecesora masculina, también contó con un buen sector crítico escudándose en la frivolidad de las series de este tipo. The L Word fue una serie atrevida, innovadora y precursora en los ámbitos lésbicos. La relación de Bette Porter y Tina Kennard hizo soñar a más de una mientras que todas quisieron registrarse en The Chart, la web con el esquema de todas las relaciones sexuales de las chicas.
Hoy en día contamos con más series donde continúan abordando estos temas, ficciones de éxito que incluyen relaciones homosexuales de una manera natural y sin ningún miedo. Sin salir del mundo lésbico, Orange is the new black ha vuelto a convertir a las mujeres en protagonistas. Desarrollada en una cárcel femenina, podemos entender las relaciones en un entorno tan hostil donde conocemos a mujeres de todo tipo, desde las dudas de su protagonista Piper Chapman hasta a una más salvaje y sexual Nicky Nichols. Destaca especialmente el personaje de Shopia Burset, una transexual con un hijo que la rechaza.
Pero sin duda, la pareja lésbica más famosa y estable de la televisión la encontramos en otra serie. Callie Torres y Arizona Robins han superado multitud de obstáculos en Grey’s Anatomy. Rupturas, accidentes, infidelidades y hasta la maternidad han convertido a estas dos mujeres en heroínas para que volvamos a creer en el amor.
Por su parte y en un tono más cómico, Mitchell Pritchett y Cam Tucker hacen lo propio creando una familia con su hija vietnamita Lily en Modern Family. Ellos representan la multitud de clichés que existen sobre los homosexuales, algo que estaría bien debido a que se trata de una comedia, pero que se enturbia cuando analizamos la ficción a fondo. La ausencia de besos entre la pareja se evidencia en comparación con las otras dos parejas heterosexuales de la serie y es que ni en el momento de la pedida de mano pudimos ver un beso de amor. La doble moral americana a veces asoma.
Este mismo año 2014 vio la luz una nueva ficción LGBT, Looking. Las comparaciones con Queer as Folk no se hicieron esperar, pero lo nuevo de HBO nos descubre un pequeño grupo de amigos con problemas y desconfianzas normales, vivencias y experiencia comunes. Realista, sensata y original, nos conduce por lo que podría ser nuestra propia vida. A diferencia de Queer as Folk, Looking deja de ser una serie de gays para gays para abarcar todo tipo de públicos.
Hay muchas más series donde encontramos personajes homosexuales. En la recientemente terminada True Blood proliferaban, así como en la exitosa Game of Thrones que no se corta en exhibir escenas muy explícitas. En un terreno más juvenil, el mayor ejemplo lo encontramos en Glee, donde dos de sus protagonistas, Kurt Hummel y Santana López, acercan la homosexualidad a las aulas.
Todavía queda mucho camino por recorrer, pues aún son muchas las personas que se escandalizan por ver en la televisión un beso entre personas del mismo sexo, muchos los países que censuran algunas escenas e incluso que condenan la homosexualidad con penas de cárcel y hasta con la muerte. La televisión tiene la labor de normalizar, de educar. Tiene tareas pendientes, algunos temas aún resultan tabú, como la transexualidad, pero poco a poco se va consiguiendo. Ya lo dijo Conchita Wurst al ganar Eurovisión: We are unstoppable.
Víctor Mopez
Está claro que Conchita Wurst, afortunadamente, tiene razón y que aunque les pese a muchos las cosas están cambiando. Sé que no es facil y que efectivamente queda aún un camino duro y dificil y que habrá gente que nunca lo acepte, pero poco a poco se «normalizará» lo quesin ninguna duda ya es normal.
Muy buen artículo!Enhorabuena! Voy a echarle un vistazo e estas series.
Tu articulo es genial. Enhorabuena