LAS MONEDAS ALTERNATIVAS INVADEN GRECIA

Un artículo de Jaime Gutiérrez para ColumnaZero
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Un artículo de Jaime Gutiérrez para ColumnaZero

Intercambiar tiempo por dinero o hacer una base de datos con los intercambios en debe y en haber son algunas de las ingeniosas soluciones que se les han ocurrido a algunos habitantes de Grecia para sortear el uso de un Euro en el que ya no confían.

Mucho se ha hablado en los últimos meses de la posible salida de Grecia del Euro y de las consecuencias que esto tendría para el resto de países de la moneda única. Por el momento parece que Grecia seguirá dentro, pero la crisis económica que ha sacudido el país heleno ha agudizado el ingenio de sus habitantes descontentos con la moneda única que han desarrollado “monedas” locales, solidarias, basadas en el intercambio.

Kaereti: la moneda solidaria

En la región de Ierapetra, al sureste de la isla de Creta, sus habitantes ya no llevan euros en el bolsillo, ahora comercian con “kaeretis”. La palabra «kaereti» pertenece a un dialecto local y significa «ofrezco una pequeña ayuda a alguien que la necesita, sin esperar un beneficio».

Todos los intercambios que se producen en Ierapetra se hacen a través de una red que los registra en una computadora central, donde los miembros publican lo que sea que puedan ofrecer, cubriendo una amplísima variedad de productos y servicios.

El mecanismo parece sencillo. Los integrantes anotan qué productos y servicios necesitan. Cuando dos miembros deciden intercambiar productos, cada uno completa la cuenta del otro con la suma acordada en kaereti. Aunque un kaereti equivale a un euro, el punto clave es que no circulan ni euros ni ninguna otra moneda oficial, y que todos los intercambios se realizan exclusivamente en kaereti.

«La moneda local se creó en agosto de 2011 y hasta ahora participan más de 300 miembros de la sociedad local», explica a IPS Alexis Machairas, uno de los fundadores de la red.

El proyecto comenzó con el intercambio de productos tangibles y poco a poco se complementó con un gran número de servicios y una fuerza laboral bien equipada y lista para ofrecer sus habilidades al instante: electricistas, sastres, pintores, jardineros, artistas gráficos, asesores legales, profesores de idiomas, danza, música… Lo más inusual parece ser alguien que «ofrece sus estudios en arquitectura marina», observa Machairas.

Este tipo de economía tiene profundas raíces en la región. Hasta 1960, el sistema de trueque todavía regulaba al sector agrícola de Creta.  Sin embargo, las redes de Ierapetra pueden quedar a merced del centro de recaudación de impuestos, por lo que se necesita una regulación legal con urgencia, subraya George Stathakis, profesor de Economía Política de la Universidad de Creta.

Sano: trabajo por tiempo

La hora de trabajo es la medida de la moneda autóctona de la isla de Siros, un bello enclave del archipiélago de las Cícladas en el mar Egeo. El sano, siglas que significan “moneda de trueque de Siros”, propone que cualquier hora de trabajo valga lo mismo independientemente de la profesión. Desde un profesor a un albañil pasando por médicos, abogados o cocineros, todos cobran lo mismo por cada hora trabajada.

Así, una red local de habitantes de la isla intercambia servicios y productos registrando sus transacciones digitalmente. «Mañana he quedado en trabajar tres horas en la parcela de una vecina despejando la maleza», dijo a La Vanguardia Nikolas Sachnikas, estudiante de diseño de la  Universidad del Egeo que hace un proyecto sobre las redes de trueque. «Tendré tres sanos en mi cuenta y ella tendrá un balance negativo de tres sanos», añadió.

Parece que Internet y las redes de intercambio se han hecho grandes aliadas a la hora de desarrollar estas formas de comercio. «Las redes ayudan a suavizar el golpe de la crisis atendiendo a necesidades sociales que ya no se cubren ni en el sector publico ni en el privado», explica en La Vanguardia Yorgos Stathakis, diputado del partido de izquierdas Syriza y uno de los impulsores de las redes de trueque y las monedas alternativas desde su cátedra de Ciencias Económicas en la Universidad de Creta.

Pero esto no es nada nuevo, ni para la cultura helena ni para la del resto del mundo. «Estamos intentando intercambiar cosas como hacían nuestros abuelos», dice al mismo periódico la psicóloga Filia Mildaki.

Como sostiene el escritor Roger Jinkinson son “viejas costumbres” que “recobran importancia ahora” y quién sabe si no servirán para marcar el rumbo del descarrilado tren de la economía capitalista.

Jaime Gutiérrez

@JaimeGutierrezH

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