
Tras cumplirse un año del fatal accidente de esquí de Michael Schumacher en la estación de Méribel, las buenas noticias no parecen acompañar al heptacampeón del mundo de Fórmula 1. Aún sumergido en plena recuperación, sin poder articular palabra y con graves problemas de memoria, el alemán ha perdido dos importantes patrocinadores personales como son las empresas de moda Navyboot y Jet Set, que han decidido romper relaciones con el famoso piloto. Otros astros del deporte como Tiger Woods o Lance Armstrong ya han pasado por esta situación. Repasamos en ColumnaZero algunas de las caídas más vertiginosas del imperio de los patrocinios.
El pasado 29 de diciembre se cumplió el primer aniversario. Un año ha pasado desde que Michael Schumacher empezara la carrera más difícil de su vida. Un accidente de esquí en la estación francesa de Méribel lo sumergió en un profundo estado de coma del que se pudo recuperar seis meses después. Las últimas informaciones apuntan a que sigue sin poder hablar y con graves problemas de memoria.
Michael Schumacher vive una situación comprometida. Más allá del accidente, las consecuencias del mismo se dejan ver en otras acciones como es el impacto económico de una de las imágenes más reconocidas del mundo. Dos empresas de moda que patrocinaban a Schumacher, como eran Navyboot y Jet Set, han roto relaciones con el ex corredor de Fórmula 1 ya que el actual estado del alemán no ayudaba a reportar beneficios para ambas firmas según informaba el medio bluewin.ch.
Dejando de lado el apartado moral de esta acción, la decisión de las empresas de moda podría desembocar en un efecto dominó a seguir por otras marcas que acompañan a Schumacher. De hecho, ambas han desaparecido ya de la web oficial de Michael Schumacher, que, en estos momentos, reúne a seis empresas oficiales y cuatro “amigas”.
La revista especializada económica suiza Bilanz calcula que, tanto Navyboot como Jet Set, desembolsaban cerca de cinco millones en las arcas de Schumacher. Un hecho habitual en el alemán, que siempre ha tenido gran relación con marcas de fuera del mundo de la Fórmula 1. De hecho, su popularidad lo catapultó, entre otras cosas, a alzarse con el primer puesto de los deportistas con más ingresos en los años 1999 y 2000, con 49 y 59 millones de dólares respectivamente según Forbes.
El gran imperio forjado por el siete veces campeón de la Fórmula 1 se está viniendo cada vez más abajo. Aun así, lo que más preocupa en el entorno de Michael Schumacher es el estado de salud del ex piloto, que continúa recuperándose en su casa tras más de nueve meses en los hospitales de Grenoble y Lausana.
Otros grandes deportistas que vieron cómo se derrumbaban sus imperios
Schumacher no es el único gran deportista que ha tenido que convivir con la pérdida de patrocinadores. Tiger Woods, el que fuera número uno mundial de golf durante nueve años, se sumergió en una crisis continuada tras anunciar problemas matrimoniales, al salir a la luz casos de infidelidad del deportista americano.
Woods, deportista mejor pagado según Forbes en 2006 con 87 millones de dólares, vio reducidas sus ganancias tras el escándalo matrimonial. Accenture, Cadillac, AT&T, Gatorade, la revista Golf Digest y Gillette fueron algunos patrocinios que dieron de lado a Woods, mientras que otros como Nike sí que siguieron mostrando su apoyo al golfista. Es importante recordar que gran parte de los ingresos de un deportista como Woods provienen de derechos de imagen mientras que una mínima parte procede de premios deportivos.
Escándalo fue también la trama de dopaje de Lance Armstrong, el estadounidense que organizó la red de doping más organizada del deporte y uno de los mayores fraudes. Con un mensaje de lucha tras superar el cáncer, hasta la Fundación Livestrong, de la que era creador, decidió desvincularse de Armstrong. Nike, a diferencia que con el caso de Woods, se despidió del texano. Según anunció el ciclista en el programa de Oprah Winfrey, en unos días perdió 75 millones de dólares.
La cervecera Budweiser Anheuser-Busch, la marca de bicicletas Trek y la de monturas de gafas Oakley mostraron el rechazo a la actitud de Armstrong, aunque en el caso de esta última, sí que continuó al lado de la Fundación Livestrong. Curiosamente, casi todas efectuaron una rescisión con efecto inmediato.
El atleta Oscar Pistorius comparte con Armstrong que tanto Oakley como Nike rompieran relaciones comerciales con él. Su escándalo de asesinato repercutió en su imagen pública, tan valorada por los patrocinadores al ser muestra de entrega y lucha deportiva. A Luis Suárez también le salió cara su mordedura en el Mundial de Brasil. Tanto Adidas como la casa de apuestas 888poker se desvincularon de la actuación del actual delantero del Barcelona. El nadador Michael Phelps también sabe lo que es perder dinero por sus actuaciones en público: su drogadicción le condujo a perder a la marca Kellog’s.
Ni los deportistas más conocidos del mundo tienen asegurado un imperio económico. Día tras día se someten a un juicio público que repercute en todo el conglomerado que se engloba alrededor de ellos. Cualquier acción que hagan tiene una respuesta por parte de un público que también los asocia en ocasiones a una marca. Si la imagen se ve afectada, la marca también. Por ello, estas vigilan siempre doblemente todo en lo que invierten su dinero. Woods, Armstrong e indirectamente, Schumacher, bien saben de ello.
Antonio Álvarez Lovillo