
No se puede decir que planchar sea aburrido. El porqué reside en un deporte poco conocido pero que cuenta con una gran afiliación: el extreme ironing, es decir, el planchado extremo. Como bien indica su nombre, consiste en planchar en un lugar remoto y prácticamente en condiciones que rozan la heroicidad.
El extreme ironing es el deporte para la gente que le pueda aburrir un simple salto en paracaídas o una escalada. La técnica es bastante sencilla y solo se necesita una tabla de planchar, una dosis de creatividad e imaginación, y muchas agallas para ponerse en marcha.
Y es que el extreme ironing, que cuenta ya con más de diez años de historia, ha tenido hasta un campeonato del mundo; aunque no con mucho éxito puesto que su única celebración fue en 2002. Tuvo lugar en Valley, una pequeña ciudad cerca de Múnich. Solo hubo seis países participantes: Austria, Australia, Chile, Croacia, Alemania y Gran Bretaña, que presentó hasta tres equipos, ganando oro y bronce dos de ellos. Las categorías eran: planchado en agua, roca, bosque, urbano y libre; con claro dominio británico, cuna del nacimiento de esta peculiar disciplina. Los diversos premios que podían ganar además del particular reconocimiento de saber planchar perfectamente en lugares insólitos eran un viaje a Hawaii y distintos electrodomésticos.
El dominio británico reside en el hecho de que este país fue el que vio nacer a este peculiar deporte. Sus inicios se sitúan en 1997 en Leicester cuando su creador, Phil Shaw, llegaba a casa cansado del trabajo y se encontró con ropa que planchar. Prefiriendo despejarse con una salida nocturna para escalar una roca, prefirió unir las dos cosas, dando como resultado el extreme ironing. Posteriormente se embarcó en un viaje para dar a conocer la nueva actividad con la que se hizo famoso.
Planchar descendiendo en paracaídas, encima de una bicicleta, debajo del mar, en lo alto de una montaña o en la nieve, son las posibilidades que ofrece este deporte, aunque, claro está, la imaginación juega un papel fundamental y cada cual puede llevarse la tabla de planchar al lugar remoto que quiera. Eso sí, imprescindible retratarse para recrear la hazaña y poder enseñarla. En Facebook, se encuentra una página donde los locos de esta actividad pueden compartir sus fotos y sus videos para el deleite de los demás. La cosa parece tomar forma, pues ya superan los 2000 seguidores.

La única duda que despierta el extreme ironing es si se le puede considerar a esto deporte o no. No obstante, el seguimiento que recibe sigue creciendo, especialmente en Reino Unido, lugar donde hasta los medios de comunicación le dedican tiempo en sus emisiones. Pese a ello, el objetivo de esta actividad sigue siendo el mismo que la labor de planchado que se realiza en casa, dejar la ropa sin arrugas, así que ya no valen excusas para no hacerlo.
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Antonio Álvarez Lovillo
@lovillo99