
Richard Linklater y el tiempo como leitmotiv.
No es ningún secreto que Boyhood (momentos de una vida) (2014) es una de las películas del año. Sin duda, es la más arriesgada. No es sencillo contar y resumir doce años en tiempo real de la vida de un niño, contar toda una infancia en apenas 166 minutos y hacer disfrutable todo ese tiempo en la sala del cine, introduciéndonos por completo en la piel de ese niño y asistiendo a un ejemplar repaso de los eventos históricos más recientes.
La película, como no podía ser de otra forma, ha sido aclamada por el público y por la crítica. Una crítica que la valora como una de las obras maestras más innovadoras e inolvidables de los últimos tiempos. La muestra la tenemos en el palmarés que el filme ha conseguido hasta el momento. Arrasó en los Globos de Oro, obteniendo tres premios que no dejan indiferente: Mejor Película Dramática, Mejor Director para Linklater y Mejor Actriz de Reparto para una fantástica Patricia Arquette. En los Bafta los galardones se repitieron, y en el pasado festival de Berlín, Linklater se alzó con el premio a Mejor Director. A esto hay que sumarle todo un repertorio de galardones en festivales importantes como el Festival de San Sebastián, así como de varias asociaciones de críticos estadounidenses.
El genio Richard Linklater ha creado una auténtica joya del cine contemporáneo, en la que el experimento con el tiempo es el máximo exponente, tema que de hecho, aborda con frecuencia en su extensa filmografía. ¿Su premisa más fiel? El tiempo es la esencia del cine.
Sus inicios
A edad temprana, Richard Linklater experimentó el amor por la literatura, el teatro y el cine. Pero el paso definitivo que lo condujo a querer convertirse en director de cine lo dio cuando se mudó a Austin y fundó La sociedad cinematográfica de Austin. Allí se embriagó de las obras de Ozu y de Dreyer, entre otros, y un par de años después entró en la universidad para estudiar cine.
Después de algunos trabajillos que rodó con una Super 8 propia, llegó la que fuera su primera película, la mítica Slacker (1991), que cuenta la vida de diferentes personajes bohemios de Austin, y se introduce en la esencia musical independiente de la ciudad. Este es un primer vistazo a la atracción que tiene Linklater de jugar con la falta de narrativa en sus trabajos, y también la carta de presentación del que es considerado como un icono de la cultura underground estadounidense.
Trilogía del “Antes”
Luego vinieron un par de títulos más, pero no fue hasta 1995 cuando creó una de sus obras más sólidas y legendarias, Antes del amanecer, película que nos narra el encuentro de dos estudiantes desconocidos, encarnados por la francesa Julie Delpy y el norteamericano Ethan Hawke, que coinciden en un tren que viaja por Europa. Solo una noche les basta para conocerse a fondo y conectar. Esta es la semilla que siembra Linklater para crear posteriormente la “Trilogía del Antes”, formada por dos títulos más: Antes del atardecer (2004) y Antes del anochecer (2013). Sin duda, esta trilogía es su trabajo más conocido, donde de nuevo, el director juega con el tiempo, pues la trilogía explora la evolución de los dos jóvenes que se van a encontrar en diferentes momentos de sus vidas.
Otros títulos posteriores sucedieron a Antes del amanecer, como Los Newton Boys (1998), Tape (2001) o Escuela de rock (2003), que sirvieron para convertir a Richard Linklater en uno de los autores más exitosos del Hollywood de la década de los 90.
El tiempo como leitmotiv.
Boyhood (2014) ha supuesto uno de los mayores experimentos del cine en los últimos tiempos. Richard Linklater tuvo la genial y arriesgada idea de rodar una película durante doce años. De este modo, la propia vida se encargaría de formar y moldear a unos personajes que crecían de manera paralela en la película y en la vida real.
La premisa es muy sencilla. Seguimos la vida de Mason (Ellar Coltrane), un niño de seis años, durante los siguientes doce años de su vida hasta llegar a la adolescencia. A lo largo de este tiempo, asistimos al desarrollo de una familia americana moderna, formada por la madre separada, la hermana y su errante padre, así como los diversos padrastros que iban apareciendo por sus vidas. La simpleza de la idea se turbia endemoniadamente complicada cuando la propuesta se vuelve seria. Vamos a seguir doce años en tiempo real de esa familia. El tiempo va a pasar por los actores, igual que por nosotros, sin manipulaciones de por medio.
Linklater intenta atrapar el tiempo con este film. Y de hecho, lo consigue. Según el propio autor “el cine se crea a través del tiempo y la verdad solo puede expresarse a lo largo de una trayectoria del mismo”. Por ello, en el cine de Linklater siempre han existido desafíos relacionados con el paso del tiempo y son múltiples los recursos que ha utilizado para capturar el “momento”, alcanzando el máximo exponente con Boyhood.
Con esta manera de narrar, Linklater se acerca, y mucho, a la novela, debido al tiempo extendido en el que la obra se realiza. Por supuesto, a la hora de reflejar y capturar el paso del tiempo a través de unos personajes, la literatura ha hecho un mejor trabajo que el cine. Es esa sensación de prolongación en el tiempo lo que Linklater quiere alcanzar en numerosas películas de su filmografía y que con Boyhood consigue de una manera no vista hasta entonces.
Además, este experimento temporal ha provocado que el autor haya creado un enorme ensayo sociológico que nos permite, también, observar ese paso del tiempo por la tecnología, la política, la música, la televisión… No se trata de un documental, pero la película logra convencernos de que los personajes son reales, de que por ellos ha pasado el tiempo. Y como alguien dijo una vez “en realidad, el cine es la vida pero bien montada”.
Boyhood y su camino hacia los Óscar
Con seis nominaciones, Boyhood es la favorita, junto con Birdman (2014) y El gran hotel Budapest (2014), que cuentan con nueve nominaciones cada una, para hacerse con el premio a Mejor Película y Mejor Director. En las demás categorías, Patricia Arquette y Ethan Hawke están nominados como Mejores Actores de Reparto. También cuenta con una nominación al Mejor Guión Original y al Mejor Montaje.
La película, que trata sobre la manera tan noble en la que ese crío se relaciona con la realidad, porque, tal como su director dice, cuando uno es niño no siente nostalgia de la niñez. Está destinada a triunfar, a aspirar y a lograr la estatuilla dorada más importante. La identificación y la emoción que te provoca Boyhood es su mayor baza para derribar a sus rivales. Hemos avanzado mucho en efectos visuales y técnicas cinematográficas. Pero, todavía, la gran mayoría entre la que me incluyo, seguimos prefiriendo la emoción como el mayor motor que mueve el cine. Y esto es lo que le sobra a Boyhood: una emoción incontrolable. Gane o no gane, Richard Linklater ha creado una obra maestra atemporal.
Carmen Blanco (@DulceAsfixia)
@ColumnaZeroCine
Gran autor, mejor película. Buena reflexión 😉
No hay mención para «A Scanner Darkly» con su adaptación sobre Philip K. Dick y la experimentación con la rotoscopia? Dissapointment! XD
#Broma #BuenArtículo