¿CUÁNTO DURA UN ORGASMO?

El famoso dicho de “lo bueno, si breve, dos veces bueno” seguramente pueda ir referido a los orgasmos. ¿Cuánto dura un orgasmo?

Para hablar de los orgasmos, la primera pregunta que debemos hacernos sería ¿qué es un orgasmo exactamente? Lejos de las definiciones científicas, las respuestas serían distintas dependiendo de cada persona y de su sexo. Del mismo modo, cada orgasmo es diferente, unos más intensos, otros menos e  incluso la ausencia del mismo a pesar de haber mantenido una relación sexual.

Si se trata de analizar su duración, la diferencia principal se basa en el sexo. El orgasmo masculino dura entre 3 y 8 segundos y el de la mujer entre y 13 y 15. Además, ella lo alcanza más tarde que él.

Comúnmente se asocia el orgasmo con la eyaculación y, aunque van relacionados, el clímax sexual es mucho más complejo. Existen dos factores fundamentales que, desde luego, influyen en la duración y éxito del orgasmo: una parte más psicológica y personal, referida a la experiencia de cada uno y a la conexión que se tenga con la otra persona; y una parte fisiológica que, aunque suelen ser más universales (espasmos, hormigueo, palpitaciones…) pueden variar dependiendo de la sensibilidad de nuestros órganos genitales o zonas erógenas.

Lo que hay que tener claro es que la localización anatómica del orgasmo no se encuentra en los genitales, se trata de una experiencia más general que implica todo el cuerpo incluyendo nuestro cerebro. Aunque resulte manido, el cerebro es un potente órgano sexual. El orgasmo no se vive igual todas las veces, puede ser más intenso o menos, más largo o más corto, más emocional o puramente físico… Nuestras fantasías y, sobre todo, nuestro estado mental, influye en nuestra vivencia orgásmica, del mismo modo que esta experiencia va a influir en nuestro estado mental.

Estimulación, deseo, fantasía y confianza resultaría la combinación perfecta para alcanzar un buen orgasmo. Nuestro cuerpo está lleno de zonas erógenas que excitar. Descubrir nuestro cuerpo y conocer el de nuestra pareja nos ayudará a saber dónde y cómo tocar para vibrar juntos. Esto no quiere decir que no se pueda tener una relación sexual plena y placentera con alguien que acabamos de conocer o que no conocemos demasiado pues en muchas ocasiones estos “aquí te pillo aquí te mato”  se convierten en “polvazos” para el recuerdo. Se trata de romper tabús, de quitarnos las vergüenzas en el sexo y experimentar si eso nos va a hacer ver las estrellas en la cama (o donde se tercie). Palabras o situaciones diferentes crearán ese ambiente lleno de morbo que ayudarán a alcanzar un buen orgasmo. Ni si quiera la penetración es obligada para alcanzar el orgasmo. Los preliminares y el sexo oral pueden perfectamente llevarte a ese punto álgido.

Respecto al sexo masculino, muchos estudios indican que el punto R (equivalente al punto G femenino) se encuentra en la próstata, zona a la que sólo se puede acceder a través del ano. Esto resulta controvertido para muchas culturas y llegar hasta ese punto resulta para algunos una pérdida de la masculinidad.

[LEER] EL PUNTO R Y OTROS PUNTOS SEXUALES

La estimulación anal no es sólo cuestión homosexual y por supuesto no hace menos hombre al que lo practica. La zona en la que se encuentra el punto R es muy rica en terminaciones nerviosas, por lo que es más sensible. Si se sabe estimular bien, provoca un placer mayor que el orgasmo común y una eyaculación más sustanciosa.

Retomando la duración del orgasmo, aunque depende de muchos factores, puede prolongarse la excitación sexual a través del control de la respiración y de técnicas de relajación. Pero llegar al orgasmo es un proceso que nosotros mismos podemos hacer más o menos placentero. El sexo está para disfrutarnos, para conocernos. Para ello basta con explorar y atreverse, una relación puede durar más de 20 minutos. Y no hablamos de sexo tántrico, que al parecer promete un clímax de horas alejándose de las técnicas comunes. ¿Cuántos estudios hemos leído sobre los beneficios del sexo? Acabemos con otro dicho: “todo lo bueno en esta vida o mata o engorda”. Puede que esta sea la excepción que confirme la regla.

Víctor Mopez

@vimopez