
Contenido explícito del director Eli Roth, cineasta al que le gusta la provocación y no oculta su predilección por los excesos del gore, a los que impregna de un tono personal.
Ésta es una seña de identidad que sus críticos y detractores no han sabido reconocer, asignándole la vitola de sádico y degenerado, en lugar de un interesante director de comedias de terror. The Green Inferno homenajea y usa algunos de los códigos del cine de caníbales italiano de los años 80. Si revisamos los títulos míticos de este género como Cannibal Ferox (1981) u Holocausto Canibal (1980), The Green Inferno resulta ser más suave que las anteriores; Eli Roth ejecuta el homenaje al género con un look más estilizado, con un guión que no incluye escenas de maltrato animal –no como los excesos que mostraban sus predecesoras-, y lo que es relevante, cada escena de gore tiene un giro a la comedia.
Si el cine italiano pretendía, con sus efectos de maquillaje y su crueldad, causar la nausea y subrayar el sadismo, quizás exagerado, con el que las tribus caníbales trataban a sus víctimas, The Green Inferno dispone de un hálito redentor que se mide en las carcajadas o sonrisas que nos provocan cada una de las situaciones.
Está dividida en tres partes: la primera es la de la presentación de los personajes principales, estudiantes pijos de universidad involucrados en causas sociales, más particularmente en la defensa de las tribus del Amazonas, unos activistas que pasan de practicar la protesta “de salón” a involucrarse en campo; en este segmento aparece la protagonista de la película, la exuberante Lorenza Izzo –a la par actual pareja de Eli Roth-, cuyo personaje, Justine, por homonimia y carácter, nos remite al personaje de la obra del Marqués de Sade, Justine. Idealista y, en último momento, defensora real de la barbarie primitiva que causará estragos en su expedición.
La segunda parte sitúa a la expedición de activistas en plena Amazonia, secuestrados por una tribu de caníbales, donde el personaje de Lorenza Izzo deberá salvar el pellejo y hacer frente al dilema ético que supone la supervivencia de una civilización que tiene en su barbarie su razón de ser, una barbarie cuyo primitivismo choca de frente con los conciliadores valores éticos de Justine.
Será en la tercera parte de la película donde la protagonista tendrá que decidir entre la denuncia de la tribu por las atrocidades que comete o la salvaguarda de su forma de vida.
Modelada hacia una nueva forma y contenido al cannibal exploitation, The Green Inferno es un film singular, con momentos tan arriesgados como cómicos, y con una puesta en escena que no tiene nada que ver con el feísmo de sus inspiradoras. Una cinta que supone un interesante hito en la carrera de Eli Roth al haber incorporado los ahora tan queridos filmes de explotación italianos a una filmografía que afirmamos como “comercial” dentro de los límites impuestos por las distribuidoras, y sobre todo es una obra disfrutable y entretenida para los fans del horror y de las comedias gore.
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Alfredo Paniagua
@columnazerocine