CRÍTICA CINE: LA EXTRAÑA ELECCIÓN

Una crítica de Adrián para ColumnaZero Cine.
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Una crítica de Adrián para ColumnaZero Cine.
Una crítica de Adrián Abril para ColumnaZero Cine.

Realidades paralelas.

El campo es agradable, respirar aire que no huele a combustible, pisar un suelo mullido y terroso, y sentir que el silencio anticipa el canto de los pájaros. Los árboles custodian las praderas con poderosas garras y ondean banderas verdes. Las plantaciones ocultan pueblos tras el extremo de la linde, donde cientos de vecinos pasean, conversan, beben y duermen, en una suerte de realidad paralela, regida por la ley del sosiego.

La Extraña Elección es una película que describe una nueva forma de vida rural por medio de los testimonios de tres personas que han escogido residir en pueblos de la península. El film presenta los obstáculos y los desahogos que ofrecen los entornos rústicos sin entrevistas o narraciones en off, permitiendo que las experiencias, las iniciativas y los encuentros de los protagonistas elaboren el relato. Gracias a una minuciosa labor de edición la película respira con la suave cadencia de los ámbitos campestres.

La Extraña Elección desmiente que la migración a poblaciones rurales emprendida por una nueva generación de ciudadanos sea un movimiento compuesto por hippies nostálgicos que desean formar comunas y construir casas de madera y cáñamo donde practicar el amor libre. En la mayoría de los casos, quienes escogen el pueblo frente a la ciudad son personas asfixiadas por las presiones de la urbe, que optan por desarrollar un estilo de vida sencillo y exento de agitación. Pero el film tampoco intenta embellecer la imagen de los pueblos, pues muestra graves problemas de la rutina campestre como la falta de recursos, la desidia institucional o el sentimiento de abandono.

Las consideraciones de los protagonistas del film son tan cautivadoras como insólitas para los espectadores urbanos, sobre todo para los amates declarados de las grandes ciudades, entre quienes me encuentro. La osadía de determinadas personas que deciden prescindir de la comodidad y el dinamismo de los entornos urbanos me resulta admirable. Supongo que todo habitante de ciudad siente la tentación de escoger la serenidad rústica, pero como dijo el dramaturgo español Eduardo Marquina “el verdadero objeto de una gran ciudad es hacernos añorar el campo”.

El film de la directora Carmen Comadrán es un producto híbrido, mitad documental, mitad reportaje informativo. El marcado sentido crítico, la concepción estética y el tempo cinematográfico que definen el género documental convergen con nociones periodísticas como la vocación analítica, la perspectiva testimonial y el tratamiento de un tema de estricta actualidad.

En el tramo final, La Extraña Elección alude a la mutua dependencia de la ciudad y el pueblo, y demanda, tanto de los ciudadanos como de las instituciones, la búsqueda de un equilibrio en la relación que sostienen ambos entornos. La abolición de la frontera que divide la realidad urbana de la realidad rural. Por el momento, los urbanitas de Madrid tenemos la oportunidad disfrutar la película, sentados en las cómodas butacas de la Cineteca.

Adrián Abril (@PublioElio_)   

@ColumnaZeroCine

 

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