
Vitaminas de comedia negra para un Paco León más enérgico que nunca.
“Carmina” abrió la veda, y “Kiki, el amor se hace” consolida al actor y director como uno de los magos del costumbrismo patrio al lograr reflejar en la gran pantalla con tanta frescura las luces y la sombra de la simple rutina, dotándola de energía y personalidad.
Los tabúes hacen de anzuelo y los deseos de carnaza, logrando que el espectador pique en el fondo de los miedos de los protagonistas. Un cocktail que combina a la perfección espontaneidad, filias, humor y rarezas que se alejan para bien de la presa fácil del morbo. Una película tan sencilla que se disfruta cada segundo. Y ese era uno de los objetivos de los guionistas, en el que también participó Paco León junto a Fernando Fernández.
Como en la cinta australiana “The Little Death” de la que bebe pero de la que ofrece una vuelta de tuerca, el equilibrio en la forma de tratar los temas logra, junto a un reparto que encaja a la perfección (Álex García, Natalia de Molina, Belén Cuesta, Luis Callejo, Candela Peña, Luis Bermejo, Alexandra Jiménez, David Mora), la fórmula de la conexión adecuada y la sonrisa ganada y un muy buen sabor de boca.
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Equipo ColumnaZero
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