
Astronautas que son humanos.
En el espacio exterior, un grupo de astronautas se afanan en preparar experimentos y realizar reparaciones en el observatorio Hubble. Se verán sorprendidos por una lluvia de escombros espacial convertida en proyectiles viajando a miles de kilómetros de velocidad. Destruida su nave y muertos sus compañeros, la doctora Ryan Stone (Sandra Bullock) y el piloto Matt Kowalski (George Clooney) deberán darse prisa para conseguir un peligroso billete de vuelta a la Tierra.
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La película de los hermanos Cuarón (escrita por Alfonso y Jonás. Dirigida por el primero) consigue mantener al espectador pegado a la butaca durante los escasos 90 minutos de metraje. Podemos notar la mano del director de “Harry Potter y el prisionero de Azkaban” o de “Hijos de los hombres” tras las iluminaciones y los ángulos de cámara de gran contenido narrativo que encontramos en el film. Los diálogos logran que nos pongamos de parte de unos astronautas que se hallan en el subconsciente como una suerte de científicos infalibles, despojándolos de esa cobertura, y humanizándolos con sus anécdotas personales, miedos y reacciones ante los acontecimientos catastróficos.
Gravity expone una realidad bastante desconocida, la de los astronautas que se mueven en un entorno tan hostil como el espacio exterior: los viajeros deben superar la sensación de estar colgados allí arriba, luchar contra la presión psicológica de ver la Tierra desde tal altura, manejarse en el interior de trajes espaciales que no son el paradigma de la movilidad, controlar su respiración para no agotar demasiado rápido la reserva de oxígeno. Comportamientos que en situaciones normales son rutinarios se convierten en un reto en condiciones de ingravidez. Todo ello queda bien retratado en medio de una escenografía y ambientación cuidadas y con alto grado de credibilidad para el público. No olvidemos que se trata de una cinta que huye de los efectos espaciales innecesarios, obteniendo como resultado una explosión espacial muy verosímil, quizás la más que he podido ver en el cine.
La cinta supera estos aspectos para revelarse como una historia original y notablemente realizada. La conexión que realiza con el espectador es directa, recordándole fragmentos oníricos en los cuales tratamos de alcanzar un asidero en una caída al vacío, sin alcanzarlo pero casi rozándolo con la punta de los dedos. Me encanta expresiones como “transmitiendo a ciegas” o “deriva espacial” que nos sumergen en una atmósfera de verdadera ciencia-ficción. A pesar de venir muy hinchada de recomendaciones y alabanzas, Gravity supera los prejuicios y nos proporciona un buen rato ante la pantalla de cine.
Les dejo con Chris Hadfield, el astronauta que toca Space Oddity de Bowie en la Estación Espacial Internacional, buen ejemplo de humanos en el espacio. Disfruten.
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Beni Díaz
@bchdíaz