
Retazos de la adolescencia en una sociedad madura.
En estos días hemos podido disfrutar de films de todo tipo con temáticas muy variadas. Es curioso y motivo de agradecimiento, que en un festival de cine alemán, las películas no versen sobre temática nazi –de lo que supongo, ya está todo escrito y dicho- y lo que supondría un contenido muy previsible. El tema de la adolescencia y la juventud, ha sido sin duda la piedra angular de la muestra de sus primeros días. Ya en la ceremonia de apertura con Exit Marrakech, conocíamos la historia de un joven alemán que realiza un viaje a Marruecos con su padre en el que habrá tiempo para que suceda de todo, una buena metáfora de la vida.
En Susurros tras la pared nos sumergimos en la vida de un estudiante de Derecho que decide alquilar un piso en Berlín sin saber que una parte de él se quedará ahí para siempre. Una serie de ruidos femeninos, que escucha a través de la pared de la habitación, comienzan a intrigarle y atraerle, poco a poco.
El director trata de envolver con un halo de misterio, desconcierto y extrañeza, toda la película, pero se ha quedado en el intento. La película prometía buenas sensaciones, pero la rápida consecución de las escenas y los acontecimientos, junto a la poca credibilidad de la historia, hacen que Susurros tras la pared más que miedo haya infundado muchas carcajadas en la sala. El protagonista parece no tenerle miedo a nada, (Ni si quiera, a que el chico que antes vivía en el piso que acababa de alquilar había desaparecido bajo extrañas circunstancias). Por otro lado, el barrio resulta de todo menos acogedor o fiable. Sus constantes vistazos a través de la ventana de su habitación, al más puro estilo James Stewart son un guiño a Alfred Hitchcock y su Ventana indiscreta, ventana a través de la cual caerá en la cuenta que lo que se cuece en el barrio se podría denominar de cualquier forma, menos de normal. En el bloque ocurren cosas muy extrañas, y el adolescente lo sabe, pero bastante tiene él ya con la obsesión y el deseo sexual hacia su –difícilmente definible psicológicamente- casera, lo cual no le llevará a buen puerto. La inspiración del director para rodar este film no es más que su propia experiencia durante su estancia en un antiguo piso de Berlín. “Pasaba mucho tiempo solo, y cuando hay una pared uno se pregunta qué hay al otro lado, y en ocasiones es necesario romper esa pared y ver lo que hay detrás”.
Querida Courtney
En Querida Courtney los adolescentes vuelven a ser los protagonistas. Rolf Roring plantea un film de música ficción, donde el protagonista , un joven músico llamado Paul Thomas, asegura haber compuesto la canción Smells like Teen Spirit –canción que Nirvana convirtió en el himno grunge de los noventa– y de la cual Kurt Cobain se apropió de ella sin su consentimiento. El viaje gira en torno a la búsqueda, por parte del joven, de su derecho y reconocimiento por su obra intelectual, junto al afán por conquistar a la chica inalcanzable de la que lleva cuatro años enamorado.
La película comienza con fuerza, hay lugar para las risas, y el tono que iba adquiriendo el film en un principio prometía buenas sensaciones. No obstante, a medida que la película avanza, se pierde cualquier atisbo de la originalidad y el tono despreocupado que se vislumbraba en un principio. El espectador no logra esa identificación emocional necesaria respecto a los personajes, en los que se ahonda de manera bastante superficial.

West
West es una de esas películas que evocan al pasado y se alimentan de él. Hay personas que se centran en este período de la vida, que como alguien dijo alguna vez “Si fuera bueno se le llamaría presente”. Christian Schwochow es el director de este drama histórico ambientado en la dividida Alemania de los años 70. Una madre y su hijo serán los encargados de dar vida a esta tierna historia de superación, valentía y miedo a los recuerdos. Ambos escapan del Berlín Oriental para buscar una nueva vida en la Alemania del Oeste, acabar con el pasado y empezar de cero. La madre es objeto de numerosos interrogatorios por parte de franceses, norteamericanos e ingleses, ya que toda persona procedente del Este es considerado un posible espía. En ellos, se mantiene firme y segura de sí misma, pero con la inseguridad a su vez de si su marido está vivo o muerto. Inspirada en la novela autobiográfica de Julia Frank, el film se desarrolla en el refugio Marienfelde de Berlín-Oeste, donde tratará de integrarse con su hijo. Las brillantes interpretaciones hacen de West una historia muy emotiva, donde la belleza y la fuerza no residen quizás tanto en los diálogos sino en lo profundo y lo humano de la historia. El final de la película, abierto y totalmente acertado, invita al espectador a esbozar una tímida sonrisa.

Art War
Art War es el único documental que se ha proyectado durante el Festival de cine alemán, y es sin duda, uno de los materiales con más fuerza de esta edición. Marco Wilms nos transporta a Egipto en una época de plena ebullición revolucionaria a través de imágenes impactantes y testimonios reales de aquellos que viven de primera mano la represión del país africano. La forma de lucha de los que plantean la revolución no tiene nada que ver con las armas, ni con la violencia, ni con la guerra, tiene que ver con el arte. Y es que el arte es el idioma más incisivo del mundo. A través de este documental tan visual, Marco Wilms nos muestra un mundo de artistas sin precedentes. Los murales de las calles de Egipto son el mejor papel para escribir su mensaje de crítica social, de protesta y de lucha por la justicia y sobre todo por la libertad del pueblo Egipcio. El arte egipcio se conciencia políticamente, y tanto grafitteros como artistas plásticos o músicos, gritan a través de sus pinturas y sus canciones e invitan a la reflexión al pueblo egipcio y a los espectadores del propio documental. Después de tantas décadas sometido a una dictadura, el levantamiento de los egipcios, en este caso a través del arte, es sin duda un elemento muy poético que el director Marco Wilms ha sabido aprovechar y trasladar a la gran pantalla en un brillante ejercicio de dirección y guión.
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Elisa Naharro (@EliNaharro)
@Columnazerocine