CRÍTICA CINE: BRASSERIE ROMANTIC

Una crítica de para ColumnaZero Cine.
VN:F [1.9.22_1171]
Rating: +1 (from 1 vote)
VN:F [1.9.22_1171]
Rating: 9.3/10 (3 votes cast)
Una crítica de para ColumnaZero Cine.
Una crítica de Adrián Abril para ColumnaZero Cine.

La parrilla televisiva.

En la noche de San Valentín, parejas de distintas edades, credos y aspiraciones ocupan las mesas del elegante y discreto restaurante belga Brasserie Romantic. Las únicas cualidades que comparten los comensales son unas complicadas relaciones amorosas y el gusto por la buena comida. Los directores del espectáculo coral son los dueños del establecimiento: Pascaline, una mujer madura obligada a tomar una decisión crucial, y su hermano Angelo, el chef principal del restaurante, que lidia con problema de alcoholismo.

El director novel Joel Vanhoebrouck pretende servirnos una película de delicada presentación y sabor intenso, donde el amor, tras perder la dulce cubierta del romanticismo, da paso a conflictos de gusto ácido y amargo. El autor representa dicha dicotomía por medio de una metáfora desarrollada en dos espacios: el comedor y la cocina. El comedor es el entorno idílico en el cual los clientes disfrutan de agradables sensaciones durante un breve periodo de tiempo, sumidos en una especie de cálida ensoñación. La cocina, en cambio, es el ámbito de la rutina, del esfuerzo cotidiano, un sitio donde el placer queda acotado por la responsabilidad. Todo en Brasserie Romantic gira entorno a la relación que existe entre ambas estancias y en la forma en que, por trágica necesidad, permanecen unidas. La idea de la dualidad del amor queda patente en la trama de Pascaline, quien debe escoger entre dos hombres asociados de manera simbólica a cada uno de los espacios: el antiguo amante que aguarda sentado en el comedor o el hermano que elabora platos exquisitos entre hornos y fogones.

CRÍTICA CINE: BRASSERIE ROMANTIC

Pese a contar con una apariencia apetitosa, Brasserie Romantic es un film mediocre que relata historias de amor convencionales desde ángulos de sobra conocidos. El menú comprende todo tipo de propuestas manidas: la esposa infiel casada con el marido ausente, el tímido patológico que liga por Internet, la divorciada con tendencias suicidas y otras narraciones previsibles. La carencia de una ambición artística y técnica de calado provoca que la película posea una atmósfera televisiva antes que cinematográfica; si bien las interpretaciones son, en términos generales, bastante dignas.

No obstante, el principal problema del film es que pretende conciliar dos tonos opuestos como son el drama de corte realista y la comedia extravagante. En el plano dramático, la película funciona con relativa eficacia, sostenida por las buenas actuaciones femeninas, pero en el plano cómico fracasa de un modo estrepitoso. Supongo que en un país con una identidad cultural polimorfa, encontrar un humor único y característico es tarea imposible, pero resulta evidente que Joel Vanhoebrouck no procura descubrir nuevas formas de provocar sonrisas a los espectadores europeos. En materia humorística Brasserie Romantic es una colección de chistes malos y circunstancias disparatadas, con escasa ironía y nulo sentido crítico.

Cabe destacar también la ausencia de diversidad en las historias narradas, pues tanto los comensales como el personal del restaurante son adultos de clase media alta, caucásicos y heterosexuales. Como ocurre en televisión, el espacio dedicado a temas que generen un ligero grado de conflictividad es mínimo. El director prefiere apostar por el humor blanco, libre de ambigüedades, carente de connotaciones negativas y tan desprovisto de autenticidad como un parque temático.

En definitiva, una sofisticada velada en un sobrio restaurante belga, con ostras al gratín, pichón estofado y crème brulée de frambuesa termina siendo una cena en el Vips de la esquina. De entrante sirven nachos con queso, el plato principal es un filete rebozado y de postre brownie seco con nata montada. Damas y caballeros, bon appétit.

[vsw id=»DRQT6oOQfp0″ source=»youtube» width=»425″ height=»344″]

Adrián Abril (@PublioElio_)

@ColumnaZeroCine

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here