
Anomalía Kaufman.
Charlie Kaufman es una anomalía, un guionista que navega por las aguas del cine comercial a bordo de un velero alternativo, un espécimen único en la industria de Hollywood cuya personalidad coincide con el estereotipo de genio creativo. Charlie es el niño de aire melancólico que pasea por el patio del colegio con las manos en los bolsillos y la mirada posada en una grieta de la pared con forma de caracol. Charlie no es bueno en los deportes, pero escribe detallados artículos sobre los gusanos que habitan en el arenero. Charlie es tan imaginativo que vive con intensidad una serie infinita de aventuras galácticas.
Unas décadas después, tras escribir los guiones de Cómo ser John Malkovich (1999), El ladrón de orquídeas (2002) y ¡Olvídate de mí! (2004) -película por la cual recibe el Oscar a Mejor Guión Original- y trabar amistad con los cineastas Spike Jonze y Michel Gondry, Charlie Kaufman dirige la película Anomalisa, presentada en España en la categoría Perlas de la sexagésimo tercera edición del Festival de San Sebastián.
Anomalisa es la obra de un genio creativo. Una película de animación colmada de buenas ideas que elabora un discurso evocador sobre las relaciones esporádicas y, en concreto, sobre la mente masculina y las soluciones que concibe para el alivio de la soledad. El film relata la breve estancia del británico Michael Stone en la ciudad de Cincinnati, donde años antes mantuvo una apasionada relación amorosa de final abrupto. Michael Stone es un exitoso escritor de libros orientados a la gestión empresarial que trata de combatir un súbito ataque de nostalgia. Y la cura que encuentra para dicha dolencia consiste en conectar de forma íntima con mujeres vulnerables.
Uno de los originales recursos que emplea Charlie Kaufman para acentuar la sensación de aislamiento que padece el protagonista es igualar el aspecto de los personajes secundarios del relato, hasta el extremo de que todos ellos posean los mismos rasgos faciales y compartan una única voz. No por casualidad el hotel donde pasa la noche Michael Stone recibe el nombre de Frégoli, síndrome psiquiátrico por el cual el paciente cree que todas las personas que conoce poseen una misma identidad.
La película, ganadora del Gran Premio del Jurado del Festival de Venecia, es también un portento visual gracias a la colaboración de Duke Johnson (director de las series de televisión Moral Orel y Frankenhole), un prestigioso especialista en la animación de marionetas mediante la técnica del stop motion; un procedimiento que otorga un dinamismo arcaico a las secuencias y que requiere una suma meticulosidad. No en vano la filmación de la película duró poco menos de treinta meses.
Anomalisa es el film menos denso y enrevesado del célebre guionista -como evidencia el desarrollo lineal de la trama- y sin embargo no carece de sucesos mágicos y episodios oníricos marca de la casa. Sin poseer vocación de obra maestra, cada una de las fisuras narrativas de la película expande el sugestivo universo de ficción creado por Charlie Anomalía Kaufman.
Adrián Abril (@PublioElio_)
@ColumnaZeroCine