CRISTOTECAS: LA PALABRA DE DIOS EN LA MÚSICA ELECTRÓNICA

Un artículo de Pablo Cañeque para ColumnaZero.
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Un artículo de Pablo Cañeque para ColumnaZero.

Brasil, el país con mayor número de cristianos del mundo, se adapta a los tiempos modernos creando ‘Cristotecas’. La música electrónica y la religión se abrazan para llevar por el buen camino a los jóvenes de barrios marginales de las periferias de las ciudades brasileñas.

Sábado por la tarde-noche. Estás de fiesta con tus amigos después de estar esperando toda la semana a que llegase ese momento. Bailando, dándolo todo. Hay bastante gente y hace calor. Sudas, pero mola. De pronto un salmo dedicado a Jesucristo empieza a sonar por los altavoces mezclado con una base musical electrónica que podrías confundir con la última canción de David Guetta. Lo acompañan imágenes de su crucifixión en las modernas pantallas LED. Ya es tarde, y la discoteca, que quiere echar a los últimos rezagados, enciende las luces y para la música. Tú, que estás on fire, levantas la mirada y ves cómo han aparecido ante ti un altar, unas cuantas vidrieras, una escultura de una virgen que llora sangre… No es una sala, es una iglesia. No es una discoteca, es una ‘Cristoteca’.

Este es el último tipo de fiesta surgido en Brasil, en barrios pobres de la periferia de grandes ciudades como Sao Paulo y Río de Janeiro. Allí algunas iglesias se reconvierten en salas de fiesta en las que el pop electrónico, el house y el tecno suenan mientras Dios está allí presente: si no es porque hay canciones que son oraciones católicas, es porque el DJ saca una biblia y se pone a rezar antes de su actuación mientras el público le acompaña. “Sabemos que la música tiene un poder muy grande de penetrar en el corazón y cuando esa música tiene como objetivo anunciar una buena noticia, que es la palabra de Dios, no tenemos duda de que será eficaz en la vida del joven”, dijo a la Agencia EFE el Dj Vítor Sales. En su repertorio figuran canciones como “Bailando en Cristo”, “Adoremos a María” o “Invade mi Alma”. Por supuesto, en las ‘Cristotecas’ ni el alcohol, ni las drogas, ni el sexo tienen cabida. Aunque bien es cierto que no sabemos qué pasa en los aseos.

Tal es el punto que, para evitarlo, por allí andan merodeando toda la noche algunos voluntarios para velar por el correcto cumplimiento de las normas. Su trabajo, más o menos, es hacer lo mismo que hacía Argus Filch en Hogwarts. “Algunas chicas se dejan llevar por la música y bailan de un modo demasiado sensual”, comentaba uno de estos voluntarios a EFE. Y hay que estar ahí para decírselo y que cese ese “sensual” baile. En defensa de las ‘Cristotecas’ es preciso resaltar algo que a algunos medios se les ha olvidado: es bastante lógico que en una discoteca en la que apenas hay gente mayor de 15 años esté prohibido el alcohol –además de que las drogas lo están para todos, independientemente de la edad–. Se beben refrescos y zumos de frutas.

Cartel Cristoteca.

Brasil, un país pionero en el aspecto de los sacerdotes modernos y extravagantes que van directos a la televisión, es la cuna de las ‘Cristotecas’. Uno de esos sacerdotes, Joseph Anthony, Padre Dj Zeton, fue quien impulsó su creación. Y lo hizo con éxito, a tenor de que el asunto ha adquirido la trascendencia suficiente como para llegar a nuestros oídos, y de que ya en 2011 el grupo de ‘pinchadiscos de Cristo’ era lo suficientemente numeroso –78 miembros– como para constituir la Pastoral de Evangelización Nocturna, un grupo amparado por el episcopado brasileño. Y a la iglesia brasileña le han gustado los resultados hasta el punto de que Radio Catedral, medio oficial de la Archidiócesis de Río de Janeiro, ha otorgado a estos Dj’s un espacio semanal.

Pero si pensáis que esto sólo pasa en Brasil por eso de que es el país más cristiano del mundo, os equivocáis. Italia ya ha importado el fenómeno de las ‘Cristotecas’. Una vez al menos, que se sepa. Tal y como recoge el diario El Mundo, la localidad italiana de Marsala, en la provincia de Trápani (isla de Sicilia), ya ha acogido al menos una de estas fiestas. Lo hizo bajo el eslogan de “La fiesta de Dios, diversión en estado puro”. Ahora sólo falta saber hasta qué punto llega la expansión de este nuevo concepto festivo y religioso. Poco a poco la Iglesia se va adaptando a los tiempos modernos y huyen de la tradicional eucaristía para dar paso a nuevas formas religiosas mucho más cercanas a la sociedad contemporánea.

Pablo Cañeque Frutos 

@paul_wine

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