Este fin de semana deja 24 horas de alergia a las finales en el deporte español. Dos platas en los campeonatos del mundo de fútbol sala y hockey femenino y el subcampeonato de la Copa Davis, un legado agridulce
Solo un poco más. Ese margen que transforma las derrotas por la mínima en momentos para la historia. Esa pizca de fortuna ha sido lo que le ha faltado al deporte español durante un fin de semana que podía haber sido histórico. Desde la noche del sábado, en el que la selección femenina de hockey patines jugaba la final del mundial en Recife (Brasil), hasta la media tarde del domingo, el deporte español se quedó hasta tres veces a un paso de seguir aumentando su espectacular palmarés de los últimos años.
Primero fueron las chicas del hockey, que se perfilaban como favoritas en la gran final ante Francia. Tras vencer a Portugal en semifinales por 4-3, las francesas eran, a priori, un rival de menor entidad, pero finalmente consiguieron dar la sorpresa. Las chicas de Alberto Mazón apabullaron desde el inicio y en el minuto 14 ya habían conseguido poner el 2-0 en el marcador. Pero Francia fue capaz de sobreponerse y acabó remontando para llevarse el partido por 2-3 y conseguir así el primer oro de su historia. Con esta plata, la selección española de hockey patines suma un nuevo metal a su palmarés, en el que cuenta con cuatro campeonatos del mundo.
El domingo por la mañana (hora española) llegó el turno de los chicos del fútbol sala. Bangkok era la sede del partido que todos los aficionados querían ver: España y Brasil luchaban por el título mundial. La selección de José Venancio López venía con ganas de revancha tras haber perdido el último campeonato del mundo en los penaltis contra la ‘canarinha’. Pero la historia se repitió, probablemente de un modo más cruel. Tras el 2-2 con el que se llegó al término del partido, se disputó una prórroga que acabaría por decidir el destino del encuentro. A 20 segundos de que se llegara la tanda de penaltis, el brasileño Neto regateó a Fernandao en la banda y consiguió colar un disparo secó que sorprendió a Juanjo. A 20 segundos del final, la selección española de fútbol sala se quedaba sin su tercera estrella.
En la misma jornada de domingo, Praga esperaba el desenlace de la final de la Copa Davis. Tras remontar el punto inicial de David Ferrer, la República Checa se había puesto por delante gracias a la victoria en el partido de dobles. Por la mañana, un colosal David Ferrer puso las tablas en el marcador al conseguir domar al cañonero Berdych por 6-2, 6-3 y 7-5. Tres sets inmaculados para el español que se traducen en dos horas y 25 minutos que devolvían la esperanza a la ‘Armada’. En el punto decisivo, el capitán Alex Corretja decidió encomendarse a Nico Almagro, una decisión que no sentó especialmente bien a Feliciano López, quien ya había participado esta temporada en varias eliminatorias previas de la Davis y esperaba ser convocado. Almagro no pudo aguantar la presión y acabó cayendo ante Radek Stepanek por 6-4, 7-6, 3-6 y 6-3. La República Checa se convertía así en el primer país que consigue ganar la Copa Davis, la Copa Hofmann y la Copa Federación en el mismo año. España volvía a quedarse por tercera vez en menos de 24 horas con la miel en los labios.
Miguel Veríssimo