
La Universidad de Cornell, en EEUU, cubrió su suelo con césped para mejorar la concentración de sus estudiantes y demostrar que la sintonía con la naturaleza mejora el estudio.
¿Cuántas horas has pasado en la biblioteca en este último período de exámenes? Esto es lo que se preguntaron los profesores de la Universidad de Cornell en Nueva York. Para hacer más agradable la estancia de sus alumnos y mejorar al mismo tiempo su nivel de concentración y memoria decidieron instalar alfombras de césped natural en sus bibliotecas e invitar a los estudiantes a descalzarse y sentarse en la hierba a estudiar.
Avalados por numerosos estudios que reconocen los beneficios de estar en contacto con la naturaleza para mejorar la concentración, la memoria, la capacidad para resolver problemas y el bienestar, fueron los profesores del departamento de Ecología Humana de la universidad neoyorquina los que impulsaron esta iniciativa.
Sin embargo – de acuerdo con Eveline Ferretti, administradora del departamento de comunicación y actividades públicas de la biblioteca de la universidad – la idea original surge de la mente de Gilad Meron, un recién graduado del departamento de diseño y análisis ambiental que actualmente colabora con el Centro de Aprendizaje Comprometido de Cornell, en colaboración con Ryan Allen-Parrot, candidato a máster en Estudios de Diseño Sostenible.
El césped fue donado por una granja local y durante la temporada de exámenes ha servido de punto de encuentro para estudiantes, profesores y asociaciones de alumnos que han hecho propuestas de lo más variopintas motivados por la iniciativa.
“Colocamos hojas de sugerencias e invitamos a los estudiantes a comentar la experiencia y la respuesta ha sido más que positiva”, señala Kornelia Tancheva, directora de la biblioteca.
“El verde relaja la tensión y el cansancio visual”, declara un estudiante. “Me mantiene sano”, dice otro. “El color y la dosis extra de oxígeno hace más llevadero el estudio”, se alegra otro alumno.
Algunas propuestas van más allá. Algunos alumnos pidieron “instalar lámparas de rayos UVA, poner una piscina u organizar partidos de cricket”, bromea Tancheva. Incluso una sociedad estudiantil colocó una cesta de picnic con aperitivos para todos los que pasaban por allí.
El proyecto está basado en la Teoría de la Restauración de la Atención desarrollada por Rachel y Stephen Kalan en los ochenta. Según estos estudios el contacto directo con la naturaleza o su observación mejora los niveles de concentración de las personas.
¿Cuál será el siguiente paso? Tal vez, como proponen desde Ecología Verde, la clave esté en hacer el camino inverso y sacar las bibliotecas a la calle creando jardines específicos para estudiar y trabajando en la inexplorada climatización ecológica.
Jaime Gutiérrez Hernández
@jaimegutierrezh