
Madrid tiene infinitos rincones, pero pocos que conjuguen frescura, magia, cultura y sabor. Esa unión de elementos convierte a Anticafé en un lugar de visita obligada en la capital.
Cerca de Ópera (Calle Unión, 2) se esconde Anticafé, un rincón con personalidad propia. Tres ambientes repletos de sensaciones. Y decimos sensaciones porque Anticafé ofrece mucho más que cualquier otro lugar. Tres salones cuidados hasta el último detalle, con aires vintage y donde la cultura recorre cada una de sus esquinas. Y es que Anticafé en sí es una sala de arte, de lectura, de descanso, de interpretación. Exposiciones de pintura, presentaciones de cortometrajes y una animada agenda cultural se suceden entre sus paredes. Y por si fuera poco un servicio exquisito, cercano y sutil. Perfecto para dimensionar la experiencia, para sentirte como en casa. La clave radica en el trato, y en Anticafé le tienen cogido el truco.
Pero sí por algo se debe destacar Anficafé es por su innovadora coctelería a cargo del barman y socio Marto Martillos. Inspirado en frutas y verduras frescas de temporada ha logrado crear ochos cócteles capaces de envolver varios sentidos. Auténticos contraste de sabor, peculiares matices y reinterpretaciones exóticas. Ingredientes como el apio, el pimiento, el jengibre o la mandarina se fusionan con el vodka o el ron para conquistar al visitante que rápidamente se deja sucumbir por las especialidades como la Mandiroska o el Pah Prika.
Lugar perfecto para el tea time, afterwork o nighlife, Anticafé tiene la magia de adaptarse a todos los estilos y atmósferas. Es versátil hasta para eso. Cualidad que más nos gustó en ColumnaZero. Esa capacidad innata para seducir y proyectar tantas perspectivas como experiencias personales inspira Anticafé.
El anti concepto
El anticafé es la evolución en sí misma de un antiguo café literario. Inspirado en la Antipoesía del chileno Nicanor Parra, el cuál propuso a sus originarios dueños el concepto anticafé. Ahora, Marto, Jose y Ariane han querido mantener su esencia pero evolucionar en filosofía. Una filosofía que tiene un poco de los tres, pero que desborda optimismo. Una gestión que dirigen con mimo, donde incluso se implican en la selección de la música del local. Se impregna esa retrospectiva en el rincón, esa retro perfecta combinación. Se denotan esos colores y texturas. Se sientan las ganas de hacer las cosas bien. Si pasas por Madrid no dejes pasar la oportunidad de sumergirte en su magia.
“Hay que estar en Anticafé para no estar y encontrarte. Anticafé es tan personal como inclasificable. Irrepetible”
Equipo ColumnaZero
Fotografía: Julio Paniagua (@PaniaguaPhoto)